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Una tormenta con granizo del tamaño de un huevo, un fuerte temblor, una plaga de langostas que todavía afecta a la zona y un fuerte temporal con ráfagas de viento de hasta 70 kilómetros por hora, que provocó daños en viviendas y en la parroquia Señor del Milagro y numerosos inconvenientes, ocurrieron en noviembre de 2017, en un mes para el olvido para los metanenses.
Había un alerta meteorológico para la zona y pasada la medianoche, del 16 de ese mes, comenzó un fuerte temporal que provocó pánico entre los habitantes debido a que hubo un corte general de energía eléctrica.
El temporal provocó la voladura de techos de varias viviendas. Las peores consecuencias fueron sufridas por familias de los barrios Belgrano, Los Laureles y 136 Viviendas, entre otras. Hubo postes de los diferentes servicios caídos, al igual que árboles y cables cortados. También cayó un rayo sobre una palmera y se produjo un principio de incendio que fue sofocado por los bomberos.
A la madrugada una de las situaciones más preocupantes fueron la caída de árboles en la zona de la ruta nacional 9/34, donde se hicieron arduas tareas de prevención para evitar accidentes. Inmediatamente se activó el protocolo para actuar en estos casos a través de un plan de contingencia
En la Iglesia
Algo que causó gran conmoción en la comunidad fue la caída de parte del techo de la parroquia Señor del Milagro. Fue en la nave del sector sur, donde los escombros quedaron a los pies de la Virgen, en una imagen escalofriante.
El padre Carlos Castillo visiblemente consternado por el suceso, recorrió con el secretario de Obras Públicas, Luciano Leavy y un equipo de El Tribuno, los sectores dañados, que tienen alrededor de 70 años de antigüedad.
“Muchas veces unos se pregunta por qué suceden estas cosas y queda conmovido ante el desastre. Cuando entré a la iglesia muy temprano quedé sorprendido por lo ocurrido. La imagen de la Virgen del Milagro no sufrió daños y di gracias a Dios porque esto no ocurrió durante una misa, no había nadie porque fue a la madrugada”, dijo el padre Castillo.
Actualmente se llevan adelante las obras de reparación del templo, con un presupuesto de alrededor de 800.000 pesos.
En los barrios
Otras situaciones difíciles se vivieron en distintos barrios, como en Los Laureles, al oeste de la localidad, en la zona de las serranías, donde viven familias humildes. En la casa de Alicia Villafañe volaron los techos de dos piezas y hubo mucho temor. “La pasamos muy mal, uno de los bloques que estaba arriba de las chapas cayó al lado de la cama de los chicos y se nos mojó todo. Vinieron los policías, bomberos y autoridades a ayudarnos”, dijo la mujer.
Por otra parte, en el pasaje Congreso del barrio Belgrano, voló el techo completo de un departamento, ubicado en un primer piso. “Fue durante la primera ráfaga, que se llevó todo el techo como si fuera un libro abierto y fue a parar en la otra cuadra”, dijo Ariel Molina.
En el lugar estaba durmiendo el hermano del joven, que resultó ileso. La estructura de chapas con madera fue a parar a la calle Santa Fe.