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Paola Álvarez: un caso más de encubrimiento, droga y muerte

Miércoles, 27 de diciembre de 2017 23:52
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El cuerpo de Paola Alvarez una joven y humilde mamá de barrio Santa Mónica permaneció tres meses al borde de un abismo, sostenido por las ramas de los árboles del camino de cornisa.

 

ESCLARECIDO

La joven estuvo desaparecida durante todo ese tiempo.

 

Había cumplido 21 años y era madre de una hija de dos. Un suéter verde, una calza oscura y zapatillas negras con detalles naranja eran las prendas que vestía el cuerpo casi momificado por el sol la lluvia y el viento.

Todas las sospechas estaban puestas sobre un hombre que Santiago Zambrani.

El sujeto había subido a la web en sus páginas y blogs elementos incriminatorios.

La madre de Paola Mónica Morales peregrinó durante tres meses por todos los lugares y medios de comunicación y aportó los chats incriminatorios también de sus conversaciones con el victimario de su hija.

Santiago Zambrani y su madre compartieron el encierro y un pacto de silencio que se quebró cuando un baquiano llamó a la policía para informar sobre el hallazgo del cuerpo de Paola.

El Tribuno, la principal voz de una madre desesperada, lo había anunciado unos días antes.

Nuestro medio fue el que publicó la última foto de Paola con vida, que por destino o mala suerte su propio victimario había subido a las redes.

El 5 de mayo de 2017 Paola le avisó a su mamá que llegaría más tarde. Esa fue la última vez que Mónica habló con su hija.

Las imágenes de video que la muestran a Paola por última vez con vida son de las cámaras del cajero automático de la cuadra en la que vive Santiago Zambrani. Esa noche se la vio entrar a la casa pero no salir. A las 4.30 de la madrugada del 6 la madre del amigo llegó a la casa en una camioneta Amarok, buscó al hijo y salieron juntos. Una de las pistas que siguió la justicia fueron los celulares de los sospechosos que "determinaron que Zambrani se dedicaba a la venta de estupefacientes, precisamente cocaína, y que en tal menester él incluso se comunicó con otra persona para pedirle algún tipo de sustancia para suministrarle a Paola y se la cambió por pasta base. Zambrani no estaba dispuesto a que Paola lo abandonara por más de una razón. Conocía el negocio. Los primeros análisis en el teléfono celular del acusado demostraron que antes de la desaparición de Paola, Zambrani buscó en Internet cómo usar cloroformo y donde se podía comprar. La muerte estaba premeditada y como en muchos otros casos se vinculó al amor como argumento del crimen. Toda la familia de Paola reaccionó y demostró que las verdaderas causas de su desaparición y muerte se debían buscar por otro lado.

Toda una familia quedó procesada (Zambrani) por el espantoso crimen, donde el amor y la porfía de una madre contagiaron de justicia al fiscal de la causa, sitiado durante tres meses por la conciencia y el reclamo públicos.

 

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