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Con 32 años dentro del mundo del tenis, Leonardo Alonso supo posicionarse como uno de los entrenadores más importantes de la Argentina, especialmente porque dirigió durante más de 14 años a Carlos Berlocq (y aún lo hace esporádicamente), y actualmente es el mánager de Leonardo “Yacaré” Mayer. Tuvo, entonces, su gran responsabilidad en la obtención de la primera Copa Davis para la Argentina, a finales del año pasado.
Con todos esos palmarés, “Leo” llegó a Salta este fin de semana para brindar una clínica a entrenadores de tenis avalada por la PTR (Professional Tennis Registry), que otorga la licencia para ser técnico en 124 países. La primera de las nueve clases presenciales (más otras clases a distancia y materiales subidas a la web), fue brindada en el club de Gimnasia y Tiro, por iniciativa de los hermanos Mardones y El Tribuno mantuvo un mano a mano con Alonso, quien habló desde la actualidad del tenis local hasta las claves de la obtención de la Ensaladera de Plata.
¿Tu paso por Salta tiene que ver con la capacitación de entrenadores locales para brindar perfeccionamiento en ellos?
Llegué a través de mis amigos que son los hermanos Mardones, quienes me contactaron para dar cursos de capacitación y para formar entrenadores de tenis.
Soy integrante de la Professional Tennis Registry, que es la organización más grande del mundo de profesores y entrenadores de tenis.
Con Kiko y Keta Mardones nos conocemos hace tiempo y ellos me convocaron para empezar a tratar de capacitar jóvenes y gente con experiencia. En ese plan arrancamos con cursos que duran todo el año, de nueve encuentros presenciales en el año y clases a distancia más sets de videos.
¿Al final los entrenadores reciben un título?
Tienen un programa y al final del año tienen la posibilidad de dar un examen reconocido en 124 países del mundo.
¿Cómo te trataron los salteños en el primer día de clases?
Con una muy buena onda por parte de alumnos, la recepción del club y de los Mardones que hicieron el trabajo de difundir.
Por otro lado, es importante ya que los alumnos en su mayoría son jóvenes que jugaron y dos o tres son profesores de educación física.
¿Qué te contaron del tenis local y qué sabías al respecto?
Tenía bastante información por hablar con los salteños en varias ocasiones. Además había dictado cursos en Jujuy hace un tiempo.
Estaba bastante al tanto y la idea es sumar y capacitar a las generaciones jóvenes. La base del tenis son los profesores, que si no motivan a sus jugadores, luego estos no rinden.
¿El tenis es un estilo de vida?
Hace 32 años empecé a dar clases y fui profesor de tenis, luego llegué a la PTR para profesores y actualmente soy mánager de Leonardo Mayer y de Carlos Berlocq, aunque con Charly trabajo esporádicamente, tras 14 años de trabajo.
¿La disciplina crece en Salta y en el país?
En general el tenis de chicos en Argentina está pasando por un momento difícil, porque cuesta que los jugadores juveniles compitan por los traslados. A veces los padres no tienen el tiempo ni la posibilidad económica de hacerlos viajar. Más allá de la competencia en Salta, en todo el país está complicado.
Tratamos que la Asociación Argentina ayude para modificar el sistema y se compita facilitando hospedaje o en viajes en equipo más que individual, para dividir gastos.
Pero la obtención de la Copa Davis y los grandes resultados de Juan Martín del Potro, ¿no fueron un envión anímico en los chicos?
Por supuesto. Claramente veo que muchos se volcaron al tenis. Que cuando las figuras tienen resultados, mueven la aguja. Haber ganado la Davis nos está dando en todos los lugares del país la sensación que hay más impulso y se torció la tendencia: antes se bajaban jugadores y ahora se suman.
Hablando de la Ensaladera de Plata, viviste desde adentro la copa, ¿qué significó ese título en tu vida?
Creo que para todo argentino tenista fue una emoción enorme. Era lo que nos faltaba y en la previa tuvimos tanta calidad de jugadores que era algo muy pendiente. Me ha tocado estar en las últimos tres copas Davis. Y debo decir que fue muy bueno el laburo que hizo el cuerpo técnico convocando a jugadores de manera especial e integrar a todos al equipo. Tuvimos resultados extraordinarios. Cuando las papas quemaban, siempre al que le tocó, lo resolvió bien.
¿Había un ánimo diferente, aunque no hayan generado grandes expectativas en la previa?
Es que las cosas van pasando etapa por etapa. El profesional tiende a no generar expectativa, porque de lo contrario se transforma en presión. Elegimos ir paso a paso y decir: “Hoy tenemos este equipo y lo vamos a hacer bien”. “Que todos hagan lo mejor que pueden, si se da mejor, sino sepan que lo intentaron”, decía Daniel Orsanic.
¿Cómo está el Yacaré Mayer?
El año pasado tuvimos inconvenientes físicos y retrocedió en el ranking por primera vez. Tuvo su primer hijo en enero y ahora estamos con un período donde la cabeza está en otra cosa y donde lo importante pasa por otro lado. Tenemos que saber acompañarlo, se puede acomodar y está jugando bien.
Cuando vuelva asumirá la responsabilidad de otra manera, como les pasó a todos, aunque Leo siempre fue muy profesional, pero los hijos te ayudan.