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"La ley que votó el Congreso nos llena de esperanza y gratitud", dijo ayer Estela de Carlotto, frente a una multitud que se congregó en Plaza de mayo y en sus inmediaciones para repudiar y expresar el rechazo a la aplicación del beneficio de 2x1 a los condenados por delitos de lesa humanidad.
Las movilizaciones se replicaron en las ciudades de todo el país, mientras que el Congreso, con una rapidez y una unanimidad reservadas para los grandes acontecimientos, sancionó una ley que explícitamente excluye beneficios para los crímenes cometidos durante la represión ilegal entre 1976 y 1983.
Unanimidad casi plena
En el Senado la votación fue unánime: 56 a 0. En Diputados 211 a favor y 1 en contra. La excepción la ofreció el salteño Alfredo Olmedo, un enemigo sistemático del beneficio del 2x1, que apoyó a la Suprema Corte en este caso.
El texto plantea que la Ley 24.390 "no será aplicable a los delitos de genocidio, de lesa humanidad y crímenes de guerra", en línea con lo establecido por distintos convenios internacionales a los que adhiere la Argentina. Explicita lo que, según algunos juristas, ya estaba expresado en pronunciamientos inequívocos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Tres de los jueces de la Suprema Corte, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Elena Highton de Nolasco, lo habían aplicado a favor del represor Luis Muiña, con el criterio de "ley más benigna".
Esa ley rigió entre 1994 y 2001, período en el que Muiña no estuvo condenado ni preso; además, el texto no establece excepciones para los casos de lesa humanidad, lo que para los jueces fue determinante pero que, por cierto, se explica en el contexto de 1994, tras las leyes de obediencia debida y punto final, y el indulto.
El pedido de sesión especial fue hecho en una nota que acompañaron cinco senadores: el macrista Federico Pinedo, los radicales Ángel Rozas, Julio Cobos y Luis Petcoff y el peronista Miguel Ángel Pichetto. El salteño Pablo Kosiner presentó un recurso de nulidad ante la Corte Suprema para que declare inválido el fallo.
Un mar de pañuelos
La frase de Estela de Carlotto sintetizó el estado de ánimo de las Madres y las Abuelas frente a la reacción galvanizada de la sociedad contra cualquier concesión a favor de quienes participaron del terrorismo de Estado.
Al cerrar el acto en la ciudad de Buenos Aires, la presidenta de las Abuelas dijo: "Es un día para festejar; el Parlamento dio por tierra con todo esto y hay que seguir vigilantes. Esperemos que no busquen recursos extraños para que no tenga el éxito que deseamos".
También sugirió que "esto le llame la atención para que corrija su trabajo tanto él como su grupo y que no piense en los más ricos sino en los que necesitamos protección y vivir dignamente".
"Si fue votado tiene que gobernar para todos, no hay que excluir por ideología. Los argentinos somos hermanos aunque pensemos distinto. Hay que pensar bien en octubre para elegir la continuidad de lo que queremos", dijo.
Junto a ella estaban Nora Cortiñas y Taty Almeida, de Línea Fundadora. Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza de Mayo, no fue como expresión de rechazo a una convocatoria que invocaba el "nunca más" y, según ella, la teoría de los dos demonios.
En las columnas, hegemonizadas por agrupaciones opositoras, los pañuelos triangulares blancos, en la cabeza y en el cuello, fueron el símbolo más utilizado.
“Siempre me opuse al 2x1
El presidente Mauricio Macri destacó la ley que sancionó el Congreso, defendió la independencia de la Corte Suprema y respondió a la expresidente que había responsabilizado al Gobierno por el fallo. “Actúa con la deformación de haber gobernado de una manera, queriendo manejar todos los poderes”, dijo, refiriéndose a Cristina Fernández. “Los dirigentes que han tenido roles protagónicos en los últimos años en el Congreso, en el Poder Ejecutivo, en los distintos gobiernos que precedieron al de Cambiemos no hicieron nada cuando esta ley se aprobó, impulsada por Eugenio Zaffaroni”, dijo.
“Siempre estuve en contra del 2x1 y de cualquier herramienta a favor de la impunidad”, insistió Macri, quien ayer presidió un acto en Malargüe, Mendoza. “Yo estoy muy contento de que tengamos una Corte Suprema independiente y prestigiosa, que decide las cosas de acuerdo al criterio jurídico que se presenta; no es claramente lo que piensa la expresidente que cree que uno debería controlar la Corte y ordenarle lo que tiene que hacer”, enfatizó.
Paradojas de un escándalo
Alfredo Olmedo, un opositor sistemático a cualquier forma de “mano blanda”, ganó cámaras al convertirse en el único legislador que votó contra de la ley correctiva.
“La solución para que termine todo esto es que como los juzgaron a los militares, también tienen que juzgar a los terroristas. Ahí va a haber una igualdad”, dijo Olmedo. Como para no ahorrar polémicas, aseveró “Fue una guerra”.
No fue la única paradoja que acarreó el escándalo del 2x1. El asesor jurídico de Cristina Fernández, Raúl Zaffaroni, debió justificar la sentencia que firmó cuando era juez de la Corte y que beneficiaba a un condenado por delitos de lesa humanidad. “Pude haberme equivocado”, dijo. Lo hizo en un caso idéntico al de Muiña tal como lo hicieron Highton de Nolasco, Rosenkrantz y Rosatti.