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Los Golden State Warriors se proclamaron, ya en la madrugada de hoy, campeones de la NBA, al vencer a los Cleveland Cavaliers por 129 a 120 en el quinto partido de la serie final, disputado en el Oracle Arena de Oakland (California).
Se trata del segundo anillo de campeones conseguido por los Warrios en tres años, que se convierten así en el primer equipo de la Bahía de San Francisco que captura un campeonato en casa desde que los Atléticos vencieron a los Dodgers de Los Ángeles en el quinto partido de la Serie Mundial de 1974 en el béisbol profesional de las Grandes Ligas.
En el último juego de las Finales de esta temporada de la NBA, los Warriors vivieron momentos complicados y llegaron a estar ocho puntos por debajo de los visitantes, sin embargo el cambio del rumbo en el partido se dio en el segundo cuarto, cuando los Cavaliers hicieron apenas 23 puntos, mientras que los Guerreros convirtieron 38 unidades.
Ya en la segunda parte, los locales bajaron el ritmo y los “Cavs” se fueron acercando peligrosamente, hasta ponerse apenas a cuarto puntos por debajo, sin embargo los de la bahía de San Francisco se resistieron a cualquier reacción de su peligrosos rivales y no los dejaron acortar más la diferencia.
Dramático fue el último cuarto, los Cavaliers se murieron en la raya y pelearon hasta el final, pero las grandes actuaciones de Kevin Durant y Stephen Curry liquidaron su sueño de lograr la remontada más grande en la historia de la NBA, el encuentro finalizó 129-120 y la Oracle Arena explotó de alegría.
Durant fue el “MVP”, jugador más valioso de la serie y en este partido decisivo no fue la excepción, registrando un partido de 39 puntos y fue quien guió a su equipo al campeonato.
Llegó libre
El protagonismo que adquirió la figura del alero Durant después su brillante actuación ante los Cavaliers generó de nuevo el debate sobre la decisión que tomó al fichar como agente libre con los Warriors de Golden State. Kevin quería luchar por algo importante y vaya si lo consiguió.