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Durante esta semana la comunidad judía en Salta celebra Januka. Con un acto abierto a todo público, hoy a las 20.30, se encenderá la quinta vela del januquiá, el candelabro representativo de la festividad en la explanada del Cabildo.
Como hace 14 años, la ceremonia se compartirá con la comunidad en general. "La idea es unir el símbolo judío con el de la ciudad de Salta, que es la januquiá y el Cabildo", explicó Rafael Tawil, rabino de la Sociedad Israelita La Unión. "Es como cuando colocás el árbol de Navidad, se lo coloca durante esta semana en la que se va encendiendo todos los días una vela", agregó David Chaves, director comunitario de la Asociación Alianza Israelita de Socorros Mutuos.
La celebración comienza con el sol del 2 de diciembre, cuando se enciende la primera vela, y finaliza el domingo 9 con la última vela. Januka es conocida como la fiesta de las luminarias. Su origen es histórico, surge de la recuperación de la independencia del pueblo judío, cuando los macabeos vencieron a los helénicos. Al momento de estar siendo perseguidos, y no tener con qué iluminarse, los judíos encendieron una pequeña luz que alcanzaba para iluminar un día, pero, inesperadamente, la luz duró ocho días. Por eso, la celebración se considera como la fiesta del milagro judío y dura ocho días.
"Se asigna el milagro de que Dios nos está protegiendo, que en cada persecución siempre iba a haber una llama del judaísmo que va a quedar encendida, que a pesar de todos los holocaustos y de las persecuciones que hemos tenido durante la historia, la llama del judaísmo siempre permanecerá encendida. Cuando parece que el pueblo va a estar aniquilado, cuando tienen que irse de algún país y parece que ahí termina la historia del pueblo judío, siempre hay una llama que queda encendida y que permite la continuidad", dijo Chaves. La permanencia de la luz es la esencia de la celebración: "La idea de Januka es transmitir la luz de la libertad, de la inclusión, es el mensaje que nosotros queremos transmitirle a la comunidad entera. Pedimos por la luz y la armonía en la familia, en la sociedad y el mundo entero, que podamos construir desde la unión, ese es nuestro mensaje", aseguró el Rabino Tawil.
La rutina de las familias se altera para encender una vela por jornada durante los ocho días. "Son 8 días en que todas las noches la familia se reúne, se encienden las velas y la comida, las charlas, se dan alrededor de las velas del Januka. Es un rato de conexión con las llamas del januquiá y las llamas de vida que cada uno de nosotros tiene adentro. Es un momento para reencontrarse uno mismo y con la familia", reflexionó el referente espiritual de la comunidad.
Las mujeres tienen un rol protagónico dentro de la festividad, ya que gracias a una mujer ocurrió el milagro, por lo que sus actividades cotidianas durante los ocho días se limitan a las mínimas posibles. Además de las comidas típicas y el momento de reflexión, las familias también juegan a la perinola, donde cada dado tiene una letra en hebreo que significa "un milagro ocurrió allá". "Es una manera de concientizar a los chicos por medio del juego, a enseñarles que la oscuridad no se erradica por medio del combate, sino de la luz", explicó el rabino.
Si bien es una festividad de la comunidad judía, se invita a la todos a participar de ella. "Las personas pueden ir a acompañarnos. Cada uno puede hacer un pedido para que la llama interna que tenga por su salud, su trabajo, su bienestar, se pueda encender en estos días y pueda ocurrir el milagro de llevarlo a cabo", señaló Chaves.
Las celebraciones finalizarán el domingo, con una caminata hacia el camping de la comunidad en San Lorenzo, donde se encenderá la última vela con la aparición de la primer estrella.
La mujer
En ese período se intenta mantener las actividades diarias al mínimo posible, pero por sobre todo las de las mujeres, ya que “gracias” a una mujer se pudo dar el “milagro de Januka”. Si se tiene que realizar alguna actividad obligadamente, se intenta que la realice el hombre.