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En el marco de las V Jornadas Sanmartinianas, la masonería salteña exhibirá una réplica del sable corvo del general José de San Martín. Para enmarcar la muestra, el gran maestro de ceremonias de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Miguel Digilio, acompañado por Pablo Javier Hergenreder, disertarán sobre la importancia de la gesta libertadora.
La actividad se desarrollará mañana, a partir de las 11, en el Teatro Municipal (avenida Paraguay 1240).
El sable corvo del General San Martín es todo un símbolo de lucha por la libertad y la soberanía. Con él, el Padre de la Patria liberó a Chile y Perú. Además fue objeto de especulaciones y reivindicaciones políticas. Sin duda es una pieza de gran importancia en la historia de nuestra Nación. No por nada Adolfo Carranza llegó a nombrarla como la "espada redentora del mundo".
Las V Jornadas Sanmartinianas están organizadas por la Respetable Logia General San Martín N´ 57 de la ciudad de Salta y cuentan con el apoyo La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.
El Sable de la libertad
El sable corvo fue adquirido por San Martín en Londres, previo a embarcarse a Sudamérica. Antes de morir, San Martín legó su sable a Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que tuvo al ver "la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que tentaban de humillarla".
Después de la muerte de Rosas, el sable quedó en manos de su hija Manuelita, que vivía en Inglaterra, y fue quien recibió el pedido del director del Museo Histórico Nacional Adolfo Carranza, que solicitaba la donación de la espada.
En 1963, el sable fue robado por integrantes de la Juventud Peronista, que se lo querían dar a Juan Domingo Perón, exiliado en España. La espada nunca llegó a destino y a los pocos meses fue devuelta al museo.
La historia se repitió en 1965, de nuevo por la JP, que lo tuvo durante un año. Fue recuperado y, en 1967, el dictador Juan Carlos Onganía le quitó la custodia al Museo Histórico Nacional y le dio el sable al Regimiento de Granaderos a Caballo, donde permaneció hasta el 2015 cuando la entonces presidente Cristina Kirchner ordenó llevarlo de nuevo al museo.