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26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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De Iruya y de Cerrillos, dos marineros egresaron con distinciones al mérito

Los marineros segundo tropa voluntaria Georgina Anabel Guerra de Iruya y Juan Ignacio Figueroa de Cerrillos, juraron fidelidad a la bandera en su egreso como marineros y fueron distinguidos por sus méritos.
Sabado, 29 de junio de 2019 01:41
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En una ceremonia por el Día de la Bandera que se realizó en el estadio de deportes de la Base Naval Puerto Belgrano, al sur de la provincia de Buenos Aires, los salteños Georgina Guerra y Juan Ignacio Figueroa egresaron como marinero segundo tropa voluntaria de la Armada Argentina. Recibieron una distinción por su excelente desempeño, y juraron fidelidad a la bandera nacional.

La bandera, en su más alta significación, es el símbolo de nacionalidad y representación de la patria y en las Fuerzas Armadas, es sinónimo de lealtad y emblema de las virtudes mi litares. 

Cada 20 de junio quienes ingresan a la Armada Argentina luego del período de instrucción básica juran fidelidad a la enseña patria, al igual que los soldados de Belgrano.

Este juramento es el momento más sublime de la carrera militar, ya que hombres y mujeres, frente a sus superiores, pares y seres queridos, prometen servir fielmente a la Patria hasta entregar su vida, si esta le fuera requerida en su defensa.

“En la Armada aprendemos sobre respeto, humildad y compañerismo; pero sobre todo a respetar la bandera nacional”, destacó Georgina. Las pintorescas casas de la localidad salteña que la vio nacer hace 20 años, Iruya, forman parte de las imágenes que guarda de su primera infancia.

La familia y los afectos, las empanadas salteñas y su equipo de cestoball son algunos de los recuerdos más presentes de su vida en Salta capital, donde se radicó a los 8 años junto a sus dos hermanos menores, bajo la tutela de sus tíos.

Sus ojos se llenan de lágrimas cuando le preguntan si extraña: “Sé que voy a volver, sé que ellos están orgullosos de mí”, expresa la flamante marinera. 

Relata que fueron sus tíos quienes la impulsaron y motivaron para ingresar a la institución. “Ambos son suboficiales y siempre me contaban sobre los desafíos que implicaba ser militar, el compañerismo, la estabilidad laboral y el compromiso con la Patria”.

Cuenta que uno de ellos está destinado en la Base Aeronaval Almirante Zar en Trelew, Chubut. “Sin embargo, me sigue gustando, como cuando ingresé, la idea de trabajar en el mar y los barcos. Tengo muchos miedos porque nunca navegué, pero las ganas superan esas dudas. Me puso muy contenta cuando me dijeron que luego del período selectivo preliminar pasaría a formar parte de la dotación de un buque”, agregó Georgina.

Ante la pregunta sobre por qué ingresó a la Armada no tiene dudas en responder: “Los valores que se aprenden acá nos hacen personas de bien; aprendemos sobre respeto, humildad y compañerismo; pero sobre todo a respetar la bandera nacional”.

En la ceremonia en la que juraron fidelidad a la bandera, ambos salteños fueron premiados. Georgina fue distinguida por su desempeño académico. 

Ella destaca que siempre le gustó estudiar. “Terminé el secundario en el Colegio Raúl Scalabrini Ortíz Nº 5094. Luego empecé a estudiar Nutrición en la Universidad, pero mi verdadera vocación estaba en las Fuerzas Armadas”, señala.

 

Juan Ignacio Figueroa seguirá su camino en la Infantería de Marina

En cuanto a Juan Figueroa, el esfuerzo y la voluntad que demostró durante el período de instrucción lo llevaron a recibir el reconocimiento en aptitud militar.

“Agradezco a la Armada por todo, por el uniforme, que significa para mí mucho orgullo y honor”, dijo Juan Ignacio, oriundo de Cerrillos. 

Recibieron la distinción de manos del Comandante de Instrucción y Evaluación de la Infantería de Marina (COIE), capitán de navío Javier Pedro López.

Hacia fines de abril, con 19 años, Juan Ignacio comenzó su propio camino en busca de un futuro, que lo llevó hasta la Base Naval Puerto Belgrano.

En su provincia natal quedaron sus padres, quienes desde el primer momento apoyaron la decisión de su único hijo de ingresar a las filas de la Armada Argentina como marinero tropa voluntaria.

Con la firme intención de ser parte de la institución, Juan Ignacio se dirigió a la Delegación Naval de Salta para obtener más información. “Cuando me acerqué a la oficina me interesó la propuesta y la opción de incorporarme como marinero. Evalué esta oportunidad y la posibilidad de vivir una experiencia que resultaba promisoria”, comentó.

Su formación e instrucción transcurrió durante casi ocho semanas en la Base de Infantería de Marina Baterías, al sur de la provincia de Buenos Aires, donde reconoce que aprendió a valorar todo el esfuerzo de sus padres.

“La experiencia es muy buena, se aprende a valorar mucho la familia y, por sobre todo, a tener más respeto. Encontré mucho compañerismo en este tiempo, tengo compañeros de todo el país, y eso ayuda para superar algunos momentos donde uno piensa en regresar”.

En la ceremonia del 20 de junio, y ante la presencia de sus padres, quienes viajaron desde Salta, llegó el final de un camino y el inicio de una profesión. “No me imaginé este momento pero lo logré, y ahora estoy orgulloso y muy feliz esperando desfilar para demostrar algo de todo lo que aprendí”.

Finalizada esta primera etapa y habiendo elegido la Infantería de Marina para continuar su paso por la Armada, solo tiene palabras de agradecimiento para su familia y amigos, que siempre lo apoyaron y lo alentaron a continuar. “También agradezco a la Armada por todo, por el uniforme, que significa para mí mucho orgullo y honor”, concluyó el joven.

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