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24 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Carola Rackete, la joven capitana de un barco detenida en Italia por rescatar migrantes

La capitana de la embarcación Sea Watch 3 llegó al puerto Lampedusa con 40 migrantes náufragos rescatados cerca de las costas de Libia.
Domingo, 30 de junio de 2019 13:50

La capitana del "Sea-Watch" Carola Rackete, detenida tras haber ingresado en el puerto Lampedusa sin el permiso de las autoridades italianas, para desembarcar a migrantes que rescató, explicó que su maniobra "no fue un acto de violencia, solo de desobediencia".
 "No fue un acto de violencia, solo de desobediencia", explicó en una entrevista este domingo con el Corriere della Sera Carola Rackete, acusada de haber intentado una maniobra peligrosa contra la lancha de las aduanas que quería impedirle su acceso al puerto.
 "Era una situación desesperada, mi objetivo era únicamente llevar a tierra a unas personas exhaustas y desesperadas. Tenía miedo", agregó la joven alemana, que afirmó haber temido que los migrantes se suicidaran tirándose al agua, pese a no saber nadar.
 "Por supuesto, yo no quería impactar con la lancha de los agentes de aduanas, mi intención no era poner a nadie en peligro, ya me disculpé y me disculpo de nuevo", agregó.
 Su maniobra no causó heridos y, al final, el buque humanitario pudo desembarcar a los 40 migrantes que rescató 17 días antes frente a las costas de Libia.
 Rackete, en arresto domiciliario, comparecerá a principios de semana en Agrigento (Sicilia). Podría ser condenada a entre tres y diez años de cárcel por cargos de ayuda a la inmigración irregular y resistencia a un navío de guerra.
 "Esto solo fue desobediencia, cometí un error de apreciación al acercarme al muelle", agregó la capitana.
 "No tenía derecho a obedecer, me pedían que los llevara [a los migrantes] a Libia. Pero, desde el punto de vista de la ley, son personas que huyen de un país en guerra, la ley prohíbe que se los pueda llevar allí".

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La capitana del "Sea-Watch" Carola Rackete, detenida tras haber ingresado en el puerto Lampedusa sin el permiso de las autoridades italianas, para desembarcar a migrantes que rescató, explicó que su maniobra "no fue un acto de violencia, solo de desobediencia".
 "No fue un acto de violencia, solo de desobediencia", explicó en una entrevista este domingo con el Corriere della Sera Carola Rackete, acusada de haber intentado una maniobra peligrosa contra la lancha de las aduanas que quería impedirle su acceso al puerto.
 "Era una situación desesperada, mi objetivo era únicamente llevar a tierra a unas personas exhaustas y desesperadas. Tenía miedo", agregó la joven alemana, que afirmó haber temido que los migrantes se suicidaran tirándose al agua, pese a no saber nadar.
 "Por supuesto, yo no quería impactar con la lancha de los agentes de aduanas, mi intención no era poner a nadie en peligro, ya me disculpé y me disculpo de nuevo", agregó.
 Su maniobra no causó heridos y, al final, el buque humanitario pudo desembarcar a los 40 migrantes que rescató 17 días antes frente a las costas de Libia.
 Rackete, en arresto domiciliario, comparecerá a principios de semana en Agrigento (Sicilia). Podría ser condenada a entre tres y diez años de cárcel por cargos de ayuda a la inmigración irregular y resistencia a un navío de guerra.
 "Esto solo fue desobediencia, cometí un error de apreciación al acercarme al muelle", agregó la capitana.
 "No tenía derecho a obedecer, me pedían que los llevara [a los migrantes] a Libia. Pero, desde el punto de vista de la ley, son personas que huyen de un país en guerra, la ley prohíbe que se los pueda llevar allí".

Solidaridad con la capitana del Sea Watch

 Mientras la capitana del barco de la ONG Sea Watch, Carola Rackete, se encuentra en arresto domiciliario por atracar en Lampedusa sin permiso, se multiplican los mensajes de apoyo también desde algunos países, como Francia y Alemania, que acusan a Italia de criminalizar a quienes salvan vidas. 
Rackete fue arrestada este sábado tras atracar en el puerto de la isla italiana de Lampedusa para que desembarcasen los 40 migrantes que habían sido rescatados el 12 de junio a pesar de las órdenes de no hacerlo.Poco después, la capitana bajaba del barco escoltada por la agentes que le notificaron su detención con la acusación de violación del artículo 1.100 del código de navegación sobre resistencia o violencia contra nave da guerra, un delito que conlleva penas de 3 a 10 años de cárcel.

Desde ese momento se multiplicaron los mensajes de apoyo por una parte de la opinión pública y de la clase política italiana. El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, al ser preguntado por el caso del Sea Watch, respondió: "toda vida humana debe ser salvada como sea y esto debe ser la estrella polar que nos guíe. Todo lo demás es secundario".
Incluso el ministro de exteriores alemán, Heiko Maas, afirmó en Twitter sobre la capitana que "rescatar vidas humanas es una obligación humanitaria. El rescate marítimo no debe ser criminalizado" y que ahora "depende del poder judicial italiano aclarar las acusaciones rápidamente".
Mientras el ministro del Interior francés, Christophe Castaner, señaló que "el cierre de los puertos es una violación del Derecho del mar".
Y el responsable de Exteriores de Lussemburgo, Jean Asselborn, en un llamamiento en Facebook dirigido a su homologo italiano, Enzo Moavero Milanesi, expresaba que "salvar vidas es un deber y no puede ser nunca un delito o un crimen. No hacerlo, sí que lo es".



De los migrantes a bordo del Sea Watch, Francia se ha mostrado disponible a acoger a 13; Alemania, a 10; Finlandia, a 8, y el resto se repartirán entre Luxemburgo y Portugal. 
Todas esas declaraciones no le han sentado bien al ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, responsable de la política antiinmigración de su Gobierno.
"Visto que el Eliseo ha dicho que los puertos están abiertos, la próxima vez indicaremos Marsella o Córcega como destino", dice Salvini en una entrevista publicada hoy en el diario "La Verita".

Salvini también carga contra el estado de necesidad declarado por la capitana del Sea Watch para justificar su entrada en el puerto. "Ninguno de los 42 migrantes tenía problemas de salud. ¿De qué estado de necesidad estaba hablando?", se preguntó Salvini en Facebook.

Los abogados de Rackete han explicado que antes del martes se celebrará la audiencia en la que tiene que ser convalidado el arresto y se procederá a su interrogatorio. La capitana sigue estando "muy determinada en reivindicar sus decisiones", explicaron los abogados a los medios de comunicación, a lo que aseguraron que el choque con la lancha de la Guardia de Finanza italiana durante la operación de atraque "no fue un acto criminal ni hubo voluntad", sino solo "la necesidad de llevar a salvo a estas personas que se encontraban en condiciones extremas". 

Salvini ya ha anunciado que en caso de que la capitana del Sea Watch sea liberada en espera de un juicio se pedirá su expulsión inmediata del país. Mientras, el barco que ha sido incautado se trasladará a un puerto de la provincia de Agrigento en Sicilia, ya que la isla de Lampedusa es demasiado pequeña. 

ccg/mr 

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