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El arquitecto y urbanista colombiano Luis Rengifo hace más de 20 años que viene trabajando en Salta un nuevo concepto que está cambiando el paradigma de los desarrollos urbanísticos. El profesional es tajante y plantea que las ciudades deben ser sustentables y que se debe democratizar el espacio público para romper con la lógica reinante: de que el auto es el que domina el espacio público.
Luis Rengifo afirma que se debe avanzar hacia una ciudad con ciclovías no solo para desestimular el uso del vehículo sino porque trae aparejado cientos de beneficios.
“América Latina es la subregión del planeta con más cantidad de personas viviendo en las ciudades. Argentina, supera el 90% de las personas que están viviendo en las ciudades. Buenos Aires, es la onceava ciudad más poblada del mundo. Las personas se van hacia donde quieren estar, es muy difícil desestimular, pero si hay que atender el problema porque está”, expresó.
Luis Rengifo destacó que el aumento de la prosperidad y el desarrollo económico generó el problema de la superpoblación de vehículos motorizados donde las personas quieren cada vez más autos o motocicletas.
“En América Latina, las motos, han crecido siete veces más que la población. Yo soy arquitecto y en mis obras siempre hubo bicicletas y ya no hay más. Ahora son todas motos, entonces hay más motos que personas. Hay un crecimiento de esa movilidad y eso es un problema”,a firmó.
Si embargo esta tendencia se está revirtiendo en los países más avanzados de Europa donde se está reduciendo la cantidad de personas que va en estos vehículos motorizados y la gente está empezando a tomar bicicletas, patinetas o ir a pie.
El especialista explicó que esta situación se debe a que en esos países tienen transportes públicos muy desarrollados, mientras que acá el transporte público se ha precarizado, y no ha evolucionado al ritmo de las necesidades de las personas.
“Hay una conciencia de que lo que hay que tener es auto porque llegas rápido, hay una cuestión de status, hay un montón de cosas que están relacionadas a la utilización del automóvil”, enfatizó.
Sin embargo, Luis Rengifo cree que Latinoamérica todavía se está a tiempo para decidir si apostar a una movilidad sostenible o si seguimos a las autopistas, a las avenidas y a que el vehículo sea el “príncipe” de la ruta.
“El problema es que se necesita una decisión valiente de la política porque las personas que toman las decisiones están motorizadas y son parte del problema, entonces es muy difícil. Es un tema cultural que es difícil de cambiar”, remarcó.
Ciclovías
“A mi me encanta hablar de las ciclovías en Colombia, que tienen ya 40 años. Allá se cierran las avenidas más importantes los domingos y los días festivos desde siete de la mañana a dos de la tarde se prohibe la circulación de vehículos y todo el mundo sale. Entonces, es la democratización del espacio público, que es lo que yo digo: tomar el espacio público que es de todos”, expresó.
Para el arquitecto urbanista, el espacio público es el que cohesiona el hábitat, es un espacio donde se genera intercambio social. “Es un espacio de todos pero se lo ha tomado el auto. Entonces, se han dado importantes conquistas en ese sentido y una de esas es la ciclovía”, agregó.
La alcaldía de Bogotá tuvo esa visión de crear un circuito como si fuese el parque temporal más grande del mundo que abarca a más de 120 kilómetros por distintos barrios de la ciudad.
“Las ciclovías no solamente busca que las personas salgan a montar en patines, sino que es un tremendo motor de la economía. Las personas que salen tienen sed, entonces tenés el señor que vende agua. Después se forman tarimas para que la gente pueda hacer zumba gratis. Entonces, se vuelve un paseo, un parque en el espacio público, la gente se apropia del espacio”, explicó.
Para Luis Rengifo no se concibe una ciudad sin el espacio público. Uno tiende a pensar que el espacio público es la plaza, pero el espacio público “es todo”. Bogotá empezó con las zonas en los barrios más seguros y luego se fue ampliando a los más inseguros. Esto empezó a unir a los más exclusivos con los más deprimidos.
“Todo el mundo se empieza a mezclar y eso es positivo porque genera integración y no segregación. Hay que humanizar la ciudad y en Salta ya hay indicios importantes. El solo hecho de las ciclovías es una intención, veo que es tímida, porque tiene que ir acompañada de otras que son más agresivas que probablemente políticamente gusten menos pero son más eficientes”, afirmó.
Para lograr esto, hay un dato clave y es la apropiación del espacio público por parte del peatón y esto se puede empezar a probar en los barrios. “Uno tiene que decidir si seguimos haciendo autopistas o apostamos a este otro tipo de movilidad que es el futuro”, finalizó.