Así como el funcionamiento del Estado provincial depende en gran parte de los recursos que se derivan desde Nación (esa relación ronda en un 76%), las cuentas de las municipalidades salteñas están aún más atadas, y en varias comunas de manera exclusiva, a los fondos que coparticipa la Provincia.
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Así como el funcionamiento del Estado provincial depende en gran parte de los recursos que se derivan desde Nación (esa relación ronda en un 76%), las cuentas de las municipalidades salteñas están aún más atadas, y en varias comunas de manera exclusiva, a los fondos que coparticipa la Provincia.
Para el año próximo, el proyecto de Presupuesto de Salta consigna una asignación de $28.202.845.216 para coparticipar de manera directa a los municipios. De ese total, $26,8 mil millones son para gastos corrientes, que esencialmente se destinan al pago de sueldos. El resto son para gastos de capital, es decir en infraestructura, que se canalizan principalmente a través del Fondo Compensador Municipal. Sobre este punto hay duras críticas de la oposición sobre el criterio que se usa para el reparto de la plata a los municipios. Muchos se animan a decir que genera un quiebre en la autonomía municipal; al tiempo que genera suspicacias sobre los criterios que se tienen en cuenta a la hora del reparto de fondos y obras entre una comuna y otra.
Comparado con lo estipulado en las partidas presupuestarias de este año, en 2022 para los municipios está previsto inyectar $12,4 mil millones más. Es un 78% de incremento en términos nominales, que si se lo contempla con la previsión oficial de inflación del 33% para el próximo período, el aumento real del presupuesto para las comunas sería del 34%. Por supuesto, la realidad siempre termina por superar las expectativas de remarcación de precios. Aún así el crecimiento para las arcas municipales será importante.
A los fondos coparticipables se debe sumar los proyectos de obras públicas que están planeadas para distintos puntos de la provincia con partidas provinciales y nacionales, que beneficiarán a los municipios.
En el Presupuesto 2022, el Ministerio de Infraestructura tiene asignados $25.858 millones para la ejecución de obras. Es un 106% más con respecto a lo previsto para este año. Si se toma las dos fuentes de financiamiento, el presupuesto para obras públicas representará el 23,5% del total de las previsiones económicas para el año próximo.
Subejecución
Con los presupuestos en obras públicas se aplica el refrán de no contar los pollos antes de que nazcan. En los últimos 10 años, el promedio de subejecución de los proyectos de infraestructura del Estado provincial fue del 50% con respecto a lo que figuraba en las previsiones presupuestarias. Ese recorte sistemático no se observa en los gastos corrientes.
De acuerdo a la información oficial, en 2012, se invirtió el 62% de lo declarado (entre el monto original y aumentos); en 2013, un 65%; en 2014, un 64% y en 2015, un 70%, que fue el año de mayor cumplimiento. Luego, entre 2016 y 2019, en promedio, se destinó a la obra pública solo el 50% de lo prometido. Ya en 2016, se cumplió con el 54%; en 2017, un 51%; en 2018, un 53%; y en 2019, un 54%. Durante el primer año de gestión de Gustavo Sáenz, en 2020, que estuvo signado por la aparición de la COVID-19, la ejecución de la obra pública fue del 43%. Y entre enero y octubre de 2021 solo se ejecutó un 36%.