En dirección contraria a la constante inflación de precios, caen en picada las posibilidades de compras de alimentos y elementos básicos de las familias que viven en la precariedad. No es novedad que la crisis económica afecta sobre todo a quienes menos tienen y entre ellos les va peor a los que viven en las provincias más postergadas. Los recientes resultados de una encuesta nacional de Unicef vienen a confirmar esa premisa de un país con profundas brechas entre lo que les va mal y lo que siguen muy mal.
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En dirección contraria a la constante inflación de precios, caen en picada las posibilidades de compras de alimentos y elementos básicos de las familias que viven en la precariedad. No es novedad que la crisis económica afecta sobre todo a quienes menos tienen y entre ellos les va peor a los que viven en las provincias más postergadas. Los recientes resultados de una encuesta nacional de Unicef vienen a confirmar esa premisa de un país con profundas brechas entre lo que les va mal y lo que siguen muy mal.
En el último relevamiento que realizó el organismo de las Naciones Unidas sobre el impacto social en la infancia que tiene la pandemia del coronavirus en Argentina, uno de los puntos indagados fue sobre la población que recibe la Asignación Universal por Hijo (AUH), que está entre los sectores más vulnerables (por eso lo cubre el plan social). En el sondeo, que fue el quinto realizado, se advierte que en el NOA el 81% de los titulares de la AUH manifestó en octubre pasado que el monto que recibe del beneficio no les alcanzó para cubrir ni siquiera la mitad de los gastos de alimento y vestimenta de sus hijos (los beneficiarios del programa nacional de asistencia).
La misma consulta se hizo en octubre de 2020, cuando a nivel nacional el 53% de los titulares de la AUH dijo que el plan no llegaba a cubrir la mitad de las compras destinadas a sus hijos. Un año después, el porcentaje llegó al 76% en todo el país y en la región del noroeste, como se dijo, al 81%.
En Salta son 99.096 los titulares de la AUH, de acuerdo al reporte oficial más reciente del Boletín Estadístico de la Seguridad Social, referente a junio de este año. Con la última actualización, el subsidio de la Anses quedó en $5.677, de los cuales se descuenta un 20% (lo que resulta en $4.542) cada mes y después el saldo acumulado se paga junto.
De acuerdo al estudio de Unicef, el 75% de los hogares utiliza el ingreso de la AUH para la compra de alimentos y en segundo lugar para adquirir ropa y zapatillas. En el caso de la última encuesta, efectuada entre octubre y noviembre de este año, se registra un incremento de gastos en la compra de útiles escolares, coincidentes con el retorno a la presencialidad escolar.
Otro dato preocupante que las comparaciones entre encuestas de Unicef develó es que no solo son elevados los niveles de endeudamiento de los hogares y peor los que reciben alguna asistencia social, sino que los morosos aumentan mes a mes. A nivel nacional el 27% de las familias tiene al menos una deuda: el 10% contestó estar endeudada con la Anses (18% en el caso de los hogares destinatarios de la AUH) y un 7% tanto con tarjetas de crédito como con bancos. Se registran diferencias según las características de los hogares: mayores niveles cuando se trata de hogares perceptores de la AUH (32%) y en hogares con jefatura femenina (30%).
En el detalle se observa que, como en casi todos los rubros de la encuesta, los peores indicadores se registran en el NOA. En esta región, el 30% de los hogares tiene alguna deuda y entre los que reciben la AUH llega al 33%.
También se puede advertir que el 38% de los hogares del NOA tuvo que recurrir a algún préstamo o fiado por parte de algún comercio para la compra de alimentos durante octubre pasado. Esto mismo ocurría solo en el 16% de las familias que fueron consultadas hace un año atrás.
Las dificultades económicas también se observan en la medición de ingresos laborales. En octubre, el 73% de los hogares del NOA en donde viven chicos vieron reducidos sus ingresos.