Una de las jóvenes no para de rezar, está aterrada y juró que nunca más a volver a la zona de las serranías ubicadas al oeste de San José de Metán donde vivió una experiencia paranormal junto a una amiga.
Analía Pacheco es una mujer de 32 años que vive en el barrio El Jardín de la localidad del sur provincial. El lunes por la tarde decidió salir a dar un paseo en bicicleta con una amiga por los cerros de la zona, para hacer deporte y buscar esparcimiento.
“Salimos por la calle Belgrano y por ahí ingresamos a las sendas que hay por el monte. Fue una tarde muy linda. En el primer descanso que hay en el sector me detuve y me saqué una foto con mi celular. Luego saqué otras en el descenso e incluso mi amiga registró otras con su teléfono para tener recuerdos de esos momentos”, relató Pacheco a El Tribuno.
“Pero algo terrible fue cuando descubrimos que en una de las fotos aparece la figura de lo que parece ser una mujer vestida de negro, en un árbol, arriba de mi cabeza. En otra de las fotos que me sacó mi amiga hay un rostro muy extraño también”, dijo, muy sorprendida.
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Una de las jóvenes no para de rezar, está aterrada y juró que nunca más a volver a la zona de las serranías ubicadas al oeste de San José de Metán donde vivió una experiencia paranormal junto a una amiga.
Analía Pacheco es una mujer de 32 años que vive en el barrio El Jardín de la localidad del sur provincial. El lunes por la tarde decidió salir a dar un paseo en bicicleta con una amiga por los cerros de la zona, para hacer deporte y buscar esparcimiento.
“Salimos por la calle Belgrano y por ahí ingresamos a las sendas que hay por el monte. Fue una tarde muy linda. En el primer descanso que hay en el sector me detuve y me saqué una foto con mi celular. Luego saqué otras en el descenso e incluso mi amiga registró otras con su teléfono para tener recuerdos de esos momentos”, relató Pacheco a El Tribuno.
“Pero algo terrible fue cuando descubrimos que en una de las fotos aparece la figura de lo que parece ser una mujer vestida de negro, en un árbol, arriba de mi cabeza. En otra de las fotos que me sacó mi amiga hay un rostro muy extraño también”, dijo, muy sorprendida.
Las mujeres no vieron nada que les llamara la atención durante el recorrido por las serranías por uno de los sectores en los que siempre se observa a personas que salen a caminar y a deportistas que practican mountain bike. Descubrieron las extrañas apariciones cuando observaron y analizaron las fotos.
“Todavía no comprendo todo esto, es la primera vez que me ocurre algo así. Después de ver esas fotos comencé a rezar en mi casa y la verdad estoy aterrada. Jamás voy a regresar a ese lugar porque estoy muy asustada todavía”, dijo Analía, quien tiene una hija de 12 años y trabaja como niñera en Metán.