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Tras las recientes elecciones, una de las más importantes y reñidas de los últimos 20 años, Daniel Hoyos quedó al frente de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) junto a Nicolás Innamorato.
El flamante rector tiene 57 años, es ingeniero y cuenta con una trayectoria de más de tres décadas trabajando en la casa de altos estudios. Ocupó diversas funciones a lo largo de su carrera, entre ellas la de decano de la Facultad de Ciencias Exactas.
Hoyos arranca hoy su gestión en un contexto muy particular a nivel provincial, nacional y mundial, y también simbólico ya que este año, precisamente, la UNSa cumple medio siglo de vida institucional.
En diálogo con El Tribuno, el directivo habló sobre la realidad de la universidad, las oportunidades y los desafíos inmediatos y a largo plazo en una provincia que no para de crecer a un ritmo acelerado.
“El objetivo es construir una universidad distinta, participativa y democrática. Queremos con toda la comunidad iniciar un cambio importante en la historia de la UNSa”, expresó.
Debe tener un sinnúmero de proyectos para llevar adelante. ¿En lo inmediato, que cuestiones ocupan su tiempo y su atención?
Antes que nada, la idea era llevar adelante una transición ordenada. Ahora, nos ocuparemos de concluir cuestiones que quedaron a mitad de camino y que necesitan terminarse. Precisamente sobre estos temas hablamos en los últimos días con el electo vicerrector (Nicolás Innamorato).
Ahora mismo, por ejemplo, vamos a comenzar a trabajar en la conectividad a internet dentro del predio, a dotarlo de equipamiento informático y a aceitar todo lo que hace al sistema de comunicación. También hay cuestiones de infraestructura en las que debemos avanzar rápidamente para hacer frente a las necesidades de los alumnos y de los docentes. La tarea es mucha, muy diversa y compleja.
¿En qué contexto local siente que le toca iniciar su gestión?
Fundamentalmente en un contexto de crecimiento poblacional muy acelerado de la provincia, y que estoy seguro que sorprendió a todos. Pasamos en pocos años de ser una provincia chica a mediana. Luego, la ciudad de Salta pasó a ubicarse entre los cinco o seis conglomerados urbanos más poblados del país. Esto inexorablemente se refleja en la cantidad de alumnos y en la generación de nuevas necesidades. En este sentido, vale la pena poner de relieve que la curva no se detiene, muy por el contrario, va en franco crecimiento. La situación nos obliga entonces a proyectar una universidad para las próximas décadas, porque debemos acompañar ese crecimiento de la provincia. Vendrán así nuevas carreras y nuevos desafíos. Basta pensar que egresan anualmente del secundario 30.000 chicos, de los que recibimos más de 10.000. Estamos frente a un crecimiento asombroso. Hoy la UNSa tiene alrededor de 40.000 alumnos, una cantidad que en comparación supera a la población de muchas localidades y departamentos salteños. El presente y las proyecciones nos hacen vislumbrar nuevas oportunidades y hay que estar preparados para aprovecharlas.
Hoy se ven obligados a crecer en diversos aspectos. ¿En cuanto a infraestructura, cuentan con espacio para extenderse?
Es cierto, estamos obligados a crecer, necesitamos crecer. Por eso que insisto en que hay que pensar a futuro. Debemos sentarnos con todos los decanos a planificar, porque la tarea es ardua. En materia de infraestructura nos queda un poco de espacio para extendernos, pero no más que eso. Hay que ir pensando en un nuevo predio para levantar otros edificios.
Cuando comenzamos hace 50 años, la UNSa era una universidad chica, en la década del 2000 podríamos decir que se convirtió en una mediana y hoy sin ninguna duda somos una de las universidades grandes del país, con todas las complejidades que conlleva esa condición.
Proyectar en ampliar la universidad es también pensar en más recursos. ¿Cuentan con un presupuesto suficiente?
Ese es un tema que trataré a la brevedad en Buenos Aires. Para las necesidades actuales podría decir que contamos con un presupuesto equilibrado y que nos alcanzaría para dar inicio a cierto tipo de inversiones. Pero si pensamos a futuro, si nos proyectamos para hacer frente a lo que vendrá, tal como lo venimos hablando, se van a necesitar más recursos. Es ahora cuando hay que tomar todas las previsiones.
Hoy está en auge la minería en la región. ¿La universidad acompaña la demanda del sector?
La UNSa cuenta con carreras como Geología, Ingeniería Química, Licenciatura en Química, Tecnicatura en Electromecánica (San Antonio de los Cobres) y Licenciatura en Perforación (Tartagal), entre otras. Muchas de ellas son carreras grandes e importantes que tienen muchos años y están consolidadas. Creo que hacemos y podemos hacer un gran aporte al sector minero. Nuestros profesionales trabajaron el desarrollo del litio en la provincia y en la región. De todos modos vamos a sentarnos a estudiar en profundidad el tema.
Podría hacer una síntesis de lo que significó la UNSa para Salta en estos 50 años...
La UNSa surgió como una necesidad y una demanda de los salteños. Su presencia impulsó el desarrollo en la provincia en muchos aspectos y por sobre todas las cosas permitió que los sectores populares accedieran a una educación de nivel superior, de excelencia. Es decir, ha transformado vidas, familias y comunidades. Ha transformado la provincia. Si hay algo que sintentiza el espíritu de esta universidad es nuestro escudo, que representa la relación que existe entre el hombre y su entorno natural, político y social. En el centro una frase reza: ‘Mi sabiduría viene de esta tierra’. Somos eso precisamente, nuestros cerros, nuestras ciudades, nuestros pueblos, nuestra idiosincracia, nuestros campos, nuestra gente, todo eso en un marco de diversidad extraordinaria. Somos Salta.
Muchas veces pareciera que la tecnología y el ciberespacio, tan importantes en estos tiempos, nos hicieran olvidar de dónde venimos, pero nosotros tenemos bien en claro donde estamos y para qué estamos. El objetivo ahora es construir una universidad distinta, participativa y democrática. Queremos iniciar, con toda la comunidad, un cambio importante en la historia de la UNSa.