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26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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"Producir en este momento no es fácil, hay varios tipos de dólares y restricciones para importar"

Entrevista a Salvador Muñoz, propietario de Hijos de Salvador Muñoz.
Jueves, 08 de septiembre de 2022 01:17
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Hace dos años, con 1.000 empleados, la empresa Hijos de Salvador Muñoz era la segunda empleadora privada del norte provincial, luego del ingenio El Tabacal. Pero "Salvita" continuó creciendo, a pesar de los vaivenes económicos y en dos años su planta creció en un 80% y hoy son 1.800 empleos directos en Embarcación, y el doble de puestos laborales indirectos. El secreto, dice Salvador Muñoz, presidente de la compañía, está en la diversificación dentro del rubro donde trabajan, y en no paralizarse y depender de la política económica, aunque eso ponga las cosas difíciles y traiga "incoherencias", como no conseguir productos básicos para evitar las importaciones de bananas. Respecto a la competitividad con quienes están más cerca del centro del país, asegura que la clave es el "valor agregado" que le da a sus productos.

Hace dos años eran el segundo empleador en la provincia, ¿cómo es hoy la situación?

Nosotros estamos en el orden de 1.800 empleados, un poquito más. Crecimos bastante porque desde el 2018 hasta hoy agregamos 500 hectáreas de bananas que no las teníamos en aquel momento y ahí solamente son 500 personas, una persona por hectárea. A eso también le sumamos más trabajos en las fábricas de conservas, habilitamos otros sectores como ganadería. La empresa creció mucho en los últimos años.

¿Qué contribuyó a ese crecimiento?

Nunca estamos muy pendientes de lo que pasa en la política nacional o del gobierno de turno, obviamente que miramos y estamos al tanto de lo que está pasando, pero eso no es privativo a que nosotros no encontremos oportunidades para crecer dentro de la empresa, sino no hubiésemos emprendido nada. Miramos muy puertas hacia adentro nuestra empresa, y vemos las oportunidades que se nos presentan y avanzamos sobre eso. Nos gusta mucho tener diversificada la empresa. La parte climática es siempre el temor de los agricultores y productores, sobre todo con el cambio climático, tratamos de mitigarlo con la diversificación y también con la industrialización y el agregado de valor. Nosotros no vendemos nada en estado natural, en todo lo que es la parte de hortalizas frescas tenemos la parte de empaque, berenjenas, tomates, choclos, se procesan, se enfrían, se lavan, se preparan en cajas y se manda a los diferentes mercados. En el 2018 inaugurábamos la fábrica de conservas de pimiento y tomate triturado, que ahí también agregamos un poco más de valor a esos dos productos.

¿Con qué mercados trabajan?

De todo lo que producimos, lo que es granos, es hacia el mercado externo, porotos para exportación, maíz lo consumimos nosotros en la ganadería, la producción de carne es todo mercado interno, la de hortalizas y bananas también es mercado interno. A diferencia de que las bananas es un sustituto de importaciones, porque Argentina es un gran importador de bananas y nuestra producción abastece el mercado nacional. Cuando comenzamos con la fábrica de conservas, prácticamente todo lo que era pimiento enlatado venía de Perú o España, y nosotros hoy casi que abastecemos el 80% de mercado nacional con este producto, con nuestras marcas o con clientes que nos dan para elaborar.

¿Qué devoluciones tienen del mercado respecto a la calidad del producto?

La premisa más importante para nosotros es la calidad. Discutir calidad es muy difícil, en los negocios se debe discutir el precio, pero no la calidad. Cuando un cliente hace un reclamo de calidad es muy difícil poder encontrar argumentos para defenderse. Nuestra marca estrella es Salvita, y es una marca muy reconocida en todo los mercados de Argentina, tanto en los productos frescos, como las hortalizas y las bananas que mandamos a Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Rosario, Tucumán; con esos productos tenemos mucho reconocimiento y aceptación. Lo que es conservas, prácticamente el 50% de los que producimos es con la marca Salvita, y al resto lo hacemos con marca blanca de clientes que confían en nuestra calidad.

¿Tienen problemas con las importaciones?

Sufrimos como lo sufren todos. Hay algunos insumos que nosotros consumimos que son importados. Por ejemplo cuando sale el racimo de bananas se debe embolsar el fruto con una bolsa especial que no se produce en Argentina, y la importamos de Brasil. En este momento estamos intentando concretar una importación de esas bolsas que nos está costando conseguir el permiso, y lo que es casi una incoherencia, la queremos para producir bananas y para que después no se importen desde Colombia, Brasil, Ecuador. Tenemos otros insumos importados que no se consiguen y tenemos que ver de qué manera nos damos vuelta.

¿Qué opina de la actual política económica?

Es muy confusa, no veo que hayan reglas claras de juego, hay mucha intervención del Estado en diferentes cuestiones. Producir en este momento no es fácil, tenemos varios tipos de dólares, tenemos restricciones para importar, para exportar. A nivel internacional hay faltante de logística marítima, pero para Argentina el problema es mayor todavía. La política económica hoy no es clara, pero es propio de los vaivenes que siempre tuvimos. No es la primera, pero si espero que sea la última. Aprendimos a trabajar de esta manera y siempre intentamos adaptarnos. Pero a pesar de todo nosotros somos optimistas y pensamos que siempre se puede hacer y que nunca dejó de ser un país de oportunidades.

¿Cómo se compite desde el norte con empresas del centro cercanas a los puertos?

Ahora se normalizó el abastecimiento del combustible, pero hace unos meses atrás lo sufríamos bastante. Nuestra base operativa está en Embarcación y todo lo transportamos en camiones a los diferentes mercados, incluso a los puertos. La logística en Argentina no es fácil. Prácticamente no existe el transporte ferroviario para nosotros, así que tratamos de darnos vuelta con camiones, con transportes terrestres y no es fácil, estamos a casi 1.800 kilómetros de los centros de consumo, por eso es que intentamos agregar valor en origen porque siempre cuando uno agrega valor en origen, la incidencia de la logística es menor. Lo más difícil es transportar materia prima para que se agregue valor en otro lado, por eso todo lo que producimos le agregamos valor, para que desde origen salga con un valor mayor y eso puede hacer que tengamos una ventaja más competitiva respecto del flete, porque un producto industrializado el flete impacta menos que la materia prima.

 

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