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Recientemente egresaron los primeros diplomados en Neuroderechos de Latinoamérica. El curso donde se impartieron las clases sobre Neurociencias, Neurotecnologías y Neuroderechos, tuvo una duración de un año y se llevó a cabo en modalidad virtual. Estuvo dirigido a operadores del sistema judicial, como una forma de ir avanzando en el entrenamiento de quienes imparten justicia.
La Diplomatura adquiere relevancia por tratarse de una prueba piloto que responde a proyectos de investigación promovidos por el abogado salteño José Angel Marinaro, desde la Universidad Nacional de La Matanza y Fundejus (Fundación de Estudios para la Justicia), que agrupa a importantes investigadores interdisciplinarios del país y del extranjero (España, Chile, Colombia, Suiza, Uruguay, Brasil). Se trata de una materia de recomendación por parte del Comité Jurídico Interamericano de la OEA, el Parlatino y la Unesco.
En el acto estuvo presente el Defensor General de la provincia de Salta y director de la Escuela del Ministerio Público, Martín Diez Villa, quien, junto con su antecesor y actual ministro de la Corte Suprema de Justicia de Salta, Gabriel Chibán, apoyaron la iniciativa permitiendo su definitiva concreción.
La Escuela del Ministerio Público es una entidad pionera en la promoción, difusión, estudio e investigación de esta temática. Los egresados que presentaron el trabajo final fueron 10 profesionales y la coordinación de la diplomatura estuvo a cargo de la doctora Claudia Alemandi, secretaria ejecutiva de la escuela.
Las neurociencias y las neurotecnologías auspician importantes logros en materia de salud, pero también los malos usos de esos instrumentos permiten formas de manipulación de los estados cerebro-mentales de las personas, dando lugar a preocupaciones tanto éticas como filosófico jurídicas.
Chile, el país latino pionero en la materia, llevó a cabo una reforma constitucional donde incorporó parte de los llamados neuroderechos como el caso de la privacidad mental y a la vez ya tuvo su primer litigio en el resonante caso "Emotiv" por el cual el Supremo Tribunal de Justicia del país trasandino (que contó con el asesoramiento, entre otros, del Dr. Marinaro), hizo lugar a una petición de un usuario de neurotecnologías en protección de sus datos mentales.
Futuro "neuro"
Marinaro destacó "la necesidad de avanzar con proyectos de ley que ya están ingresados a la Cámara de Diputados de la Nación y la promoción de los saberes neuro en variados ámbitos de la sociedad, como incluso lo es la neuropsicoeducación en las escuelas".
Recomendó que las universidades abran sus puertas para llevar información a la sociedad, ya que muchos ignoran los riesgos y consecuencias de los malos usos tecnológicos, entre ellos, en el ámbito de la Justicia. "Se vienen tiempos en que estos nuevos conocimientos permitirán resolver otro tipo de conflictos que afectan derechos nuevos, como la privacidad mental, la libertad cognitiva, la continuidad psicológica, la autopercepción identitaria, entre otros", dijo Marinaro. Y para ello los operadores del sistema de Justicia de Salta ya se están preparando.