La brecha de género laboral en el rubro de la minería va en disminución. En el último tiempo se incrementaron en un 45 por ciento los puestos de mujeres en el rubro a nivel país. En julio de 2020 había 2.598 puestos femeninos y en julio de 2022 pasaron a 3.775. Es decir, 1.177 mujeres se incorporaron a la industria.
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La brecha de género laboral en el rubro de la minería va en disminución. En el último tiempo se incrementaron en un 45 por ciento los puestos de mujeres en el rubro a nivel país. En julio de 2020 había 2.598 puestos femeninos y en julio de 2022 pasaron a 3.775. Es decir, 1.177 mujeres se incorporaron a la industria.
En agosto de 2020 había una mujer empleada cada 15 hombres, mientras que en julio de 2022 había una cada cuatro.
Con respecto a la distribución por áreas, se supo que la mayoría de las mujeres, un 27 por ciento, se desempeña en administración y finanzas; un 18 por ciento en minas y un 16 por ciento en recursos humanos.
Los datos fueron expuestos por Marita Ahumada, licenciada en Ciencias Geológicas de la Universidad de San Juan; presidenta de la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros y directora del Comité Asesor de WIM Argentina (Women in Mining), el jueves pasado durante su disertación "Mujer y minería" en el Centro de Convenciones Salta, en el marco del ciclo "Hablemos de lo que viene - Minería SLA".
Ahumada remarcó que la visibilización del trabajo de las mujeres en la industria minera es primordial y que uno de los objetivos de WIM fue analizar donde están trabajando las mujeres. "Este trabajo fue con el objetivo de ver si eran todavía secretarias, contadoras y abogadas que son las primeras que llegan y las últimas que se van, pero vimos que teníamos mujeres en planta, coordinadoras de logística, más mujeres en el campo y no solo geólogas, sino técnicas, ayudantes y es maravilloso ver como es un mundo interdisciplinario que evoluciona".
Señaló que ha costado mucho que las mujeres vayan ocupando otros espacios o roles y logren estar en puestos de toma de decisiones. "Quizá ha sido más fácil llegar a una mina que a una gerencia o a estar en una mesa directiva con hombres. Esto era impensado hace un par de décadas, pero se ha balanceado la situación de otra manera".
Explicó que en la industria minera hay muchas mujeres separadas, divorciadas y viudas que son el sostén de sus familias y que necesitan el trabajo. "Ellas han encontrado en la industria minera un lugar donde las apoyan. A mi, por ejemplo, me han dado la posibilidad de viajar con mi hija y trabajar", relató.
Esa flexibilización, que se hace cumpliendo las normativas, es la que ha permitido la incorporación de más mujeres en la industria.
"Nos parece muy serio esto de mantener a las mujeres y ayudarlas a que sigan desarrollándose para, entre todas, salir adelante, darles una mano y lograr esto de la retención (permanencia), educación, como así también fomentar el ingreso de mujeres a carreras basadas en la ciencia, tecnología, matemática e ingeniería ya que a veces cuesta atraerlas hacia estas careras", hizo hincapié.
Señaló que a la hora de ser evaluadas "las mujeres siempre hemos tenido que estudiar un poco más, saber un poco más, tener otra respuesta y hasta seguimos con algunos casos de igual trabajo diferente remuneración y es horrible enterarse o saber esto".
Añadió que por ese motivo desde WIM buscan tratan de brindar herramientas para que las mujeres sean evaluadas de la misma forma que los varones y que se les proporcione el lugar que necesitan y que deben tener por su expertiz.
"Hemos avanzado mucho en poco tiempo y quizá movidos por todo este nuevo auge sociológico que hay a nivel internacional en esta cabida que se les está dando a las mujeres en diferentes industrias, no solo la minera", remarcó.
Explicó que hay carreras relacionadas a la minería en las cuales antes de ocho tesistas siete eran varones y solo una mujer, pero que ahora ocurre al revés y hay siete mujeres y un varón. "Hay que dar ánimo y visibilizar que trabajamos en la equidad, tener las mismas herramientas y posibilidades", dijo.
Y destacó la importancia de fomentar las habilidades blandas. "En diciembre pasado un alumno de nuestra tecnicatura fue a la mina Veladero (San Juan) y no pudo estar tres días, pedía bajarse, decía que no podía respirar y entró en pánico. Yo recordé que desde mi primer día de campo estuve 20 días en carpa, en condiciones dificilísimas de altura y la pasé de maravilla porque adoro la naturaleza, pero hay gente o señores que no soportan estar alejados de la familia, lejos de dispositivo electrónicos, entonces creo que son estas habilidades blandas las que tenemos que trabajarlas para todos, no solo para las mujeres", finalizó.