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En medio de la frenética búsqueda de Jéssica Elizabeth, el día sábado al mediodía un baquiano que participaba de los rastrillajes alertó a la Policía por un supuesto suicidio en El Nogalar, en las cercanías de La Caldera.
Al llegar al sitio marcado por el baquiano, los efectivos encontraron el cuerpo de EEM, pareja y padre de los hijos de Jéssica, quien obviamente sabía desde el día 11 que su esposa se hallaba desaparecida.
El comisario general Daniel Carrasco, subdirector general de Seguridad salteño, aclaró por medios provinciales "que no existen, por el momento, evidencias que vinculen el hallazgo con la desaparición".
No se entendió bien si no se estaba investigando al esposo o pareja de una supuesta víctima, como siempre se hace en todos los casos de desaparición, un posible femicidio o simplemente la muerte de esta persona cerró sobre sí toda sospecha.
Los pormenores de este hallazgo jamás tomaron estado público ni se confirmó si la muerte de la pareja se ajustó científicamente a un caso comprobable de suicidio. Las casualidades, algunos sostienen, no existen.
La investigación, al parecer, está centrada en la búsqueda de Jéssica, joven madre que no había manifestado jamás la idea de marcharse y abandonar a sus hijos. La joven, además, quedó registrada volviendo a su hogar después de trabajar.
Las cámaras de La Caldera tienen la verdad de todos los vehículos y personas que entraron y salieron del pueblo en un lapso de tiempo que está demarcado no sólo por filmaciones sino por el celular de Jéssica que se apagó a la 1, aproximadamente, aunque no se sabe dónde.