Como parte de su estrategia de defensa en la causa por violencia de género que le inició Fabiola Yañez, el expresidente Alberto Fernández volvió a señalar la supuesta adicción al alcohol de su exmujer. Lo hizo al presentar una nueva testigo, quien se desempeñaba como moza y empleada de la Quinta de Olivos.
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Como parte de su estrategia de defensa en la causa por violencia de género que le inició Fabiola Yañez, el expresidente Alberto Fernández volvió a señalar la supuesta adicción al alcohol de su exmujer. Lo hizo al presentar una nueva testigo, quien se desempeñaba como moza y empleada de la Quinta de Olivos.
Según trascendió ayer, la mujer -que declaró ante escribano y el escrito fue elevado a la Fiscalía que investiga la denuncia-, dijo que la exprimera dama consumía alcohol en cantidad y que cuando se le acaba mandaba a comprar cajas de vino por Mercado Libre.
La mujer, que luego de sus tareas de moza se desempeñó como mucama, estuvo trabajando en la residencia presidencial durante todo el mandato de Alberto Fernández, dijeron fuentes allegadas al caso.
La abogada de Alberto Fernández, Silvina Carreira, dejó en la fiscalía federal de Ramiro González un sobre cerrado con la declaración de esta mujer, quien sostuvo que Yañez tenía una relación distante con su hijo Francisco, "más parecida a la relación con un sobrino que la de madre/hijo, ella no le cambiaba los pañales, de eso nos encargábamos su madre, el señor Fernández o la deciente", añadieron las fuentes.
En otro tramo del testimonio escrito, Carreira le preguntó si vio a Fabiola Yañez bebiendo cuando estaba embarazada, una conducta contraindicada por los médicos. "La deciente manifestó que sí, que el consumo era menor, no llegando al estado de ebriedad, era como que necesitaba tomar y lo hacía", indicaron.