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Cuatro "narcobomberos" de Aguas Blancas fueron condenados hace una semana por los jueces del Tribunal Oral 2 de Salta, en tanto hubo una absolución para el jefe del destacamento, Fredi Galarza, y el líder de la organización narcocriminal se encuentra prófugo con pedido de captura nacional e internacional. Los condenados transportaban más de 300 kilos de cocaína en la caja de un móvil del cuarto de bomberos voluntarios. Los magistrados ordenaron la devolución del rodado utilizado a la entidad a la que pertenece.
El juez Domingo Batule y sus colegas Gabriela Elisa Catalano y María Alejandra Cataldi condenaron a Julio Armando Araníbal y a Andrés Florentín Salto -integrante del cuerpo de bomberos- a 7 y 8 años de prisión como coautores del delito de transporte de estupefacientes agravados por el número de intervinientes. En tanto, Nahuen Galarza -quien pertenecía al cuartel y era hijo del jefe, fue condenado como coautor a la pena de 4 años y 6 meses en razón de la aplicación del instituto de reducción de pena previsto para el imputado colaborador. Finalmente, Federico Gastón Reyes, recibió tres años de prisión en suspenso, como participe secundario del mismo delito, por lo que quedó en libertad con medidas restrictivas, entre ellas la prohibición de salir del país.
La investigación y la litigación del caso fue desarrollada por la fiscal interina de la Sede Descentralizada de San Ramón de la Nueva Orán, María del Carmen Núñez, con la asistencia del prosecretario Sebastián Spucches.
El caso
El 15 de marzo de 2024, una patrulla del Puesto 28 de Julio de la Gendarmería Nacional realizaba un control vial sobre la Ruta 50, entre las localidades salteñas de Aguas Blancas y Orán. Así, a la altura del kilómetro 46, detuvieron la camioneta Volkswagen Amarok del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Aguas Blancas, que era manejada por Nahuen Galarza en compañía de Reyes.
Tras entrevistar al conductor, los gendarmes revisaron el vehículo y advirtieron 12 cajas medianas, envueltas con cinta de embalar marrón, con apariencia de encomiendas, en la parte trasera del vehículo. Así, convocaron a testigos y abrieron las cajas, en cuyo interior hallaron 300 paquetes tipo "ladrillos" apilados. La prueba de campo determinó que se trataba de 314 kilos de cocaína, con un 88% de pureza y con capacidad para producir 2.675.118,96 dosis.
Además, en la requisa también se incautaron los teléfonos celulares de Galarza y Reyes, una pistola 9 milímetros y un cargador con 14 balas, sin documentación que avalara su tenencia o portación.
A partir del aporte de uno de los detenidos -en calidad de arrepentido- la fiscalía pudo establecer que las maniobras para el transporte de la droga habían iniciado el 5 de marzo, cuando la cocaína ingresó al país desde Bolivia. La carga estuvo oculta en la vivienda de Araníbal, ubicada en el asentamiento "El Paltar" de Aguas Blancas y a 500 metros del límite fronterizo.
Con los estupefacientes en su poder, los acusados simularon asistir a un automovilista que, casualmente, tuvo un desperfecto cerca de la vivienda de Araníbal. De acuerdo a la fiscalía, se trató de una pantalla desplegada por Salto para trasladar el estupefaciente hasta el cuartel de bomberos, de donde luego salió con destino a Orán, bajo la tutela de Galarza y Reyes.
Las condenas
- Julio Armando Araníbal y Andrés Florentín Salto, este último integrante del cuartel, recibieron 7 y 8 años de prisión respectivamente, como coautores de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes.
- Nahuen Galarza, también miembro del cuartel, fue condenado a 4 años y 6 meses, beneficiado por su colaboración como imputado arrepentido.
- Federico Gastón Reyes fue sentenciado a 3 años de prisión en suspenso como partícipe secundario, quedando en libertad con medidas restrictivas.