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La Cámara Séptima del Crimen de Córdoba informó que el martes a las 9 de la mañana comenzarán los alegatos en el juicio por la muerte de cinco recién nacidos y las lesiones causadas a otros ocho en el Hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba. El proceso judicial, que se inició en enero de este año, busca esclarecer los hechos ocurridos entre marzo y junio de 2022, un caso que conmocionó a toda la provincia por su gravedad y por las implicancias institucionales que surgieron a lo largo de la investigación.
La principal acusada es la enfermera Brenda Agüero, imputada por el delito de homicidio calificado por procedimiento insidioso reiterado. Según la investigación, las muertes habrían sido provocadas por la administración intencional de potasio en los bebés recién nacidos. Junto a Agüero, también están imputadas otras diez personas, entre ellas el exministro de Salud de la provincia, Diego Cardozo; la exdirectora del hospital, Liliana Asís; y la exjefa de enfermería, Alicia Ariza. Las autoridades están acusadas por distintos delitos relacionados al encubrimiento y a la omisión de sus deberes de funcionario público.
A lo largo del juicio declararon familiares de las víctimas, médicos y exautoridades hospitalarias. En sus declaraciones, tanto Brenda Agüero como Diego Cardozo negaron haber tenido responsabilidad en los hechos. La etapa de alegatos se abrirá con la exposición de los fiscales de Cámara, Sergio Ruiz Moreno y Mercedes Ballestrini, continuará con las intervenciones de los abogados querellantes y finalizará con los alegatos de las defensas. La lectura del veredicto está prevista para el 2 de junio. Paralelamente, siguen su curso 29 demandas civiles impulsadas contra los imputados y el Estado provincial, en uno de los procesos judiciales más relevantes por su gravedad institucional.
La causa tuvo su origen el 6 de junio de 2022, cuando dos médicas neonatólogas realizaron una denuncia urgente en la unidad judicial ubicada al lado del hospital. Ese día había fallecido una beba identificada como A.G.C.R., nacida a las 11.03 y fallecida a las 16.30 sin causa médica aparente. Su madre, Yoselin Rojas, había tenido un embarazo controlado y la niña no presentaba patologías previas. Según los testimonios recabados durante las audiencias, ya existía un clima de alarma interna en el hospital por "pinchazos extraños", muertes sin explicación y lesiones en la piel de otros recién nacidos.
En esa misma jornada crítica, se descompensó gravemente otra bebé, D.P.M., hija de María Fernanda Martín, quien presentaba una lesión en la espalda compatible con una necrosis. También falleció M.L.M., hija de Brisa Molina, víctima de una hiperpotasemia, es decir, un exceso letal de potasio en su organismo. En medio del caos de esa guardia, los médicos revisaron uno por uno a los bebés internados en terapia intensiva y detectaron un cuarto caso: M.E.T., hija de Ludmila Torres, con niveles de insulina en sangre tan elevados que no existía una explicación médica razonable que no implicara una administración exógena.
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