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En el marco del juicio por estafa que involucra a la plataforma financiera ZOE, el principal imputado ofreció nuevamente una extensa declaración en la que acusó a la Justicia de retenerlo como “rehén” y obstaculizar los mecanismos que, según él, permitirían pagar las deudas a los damnificados.
“El dinero para pagar ya estaba incautado. Se podrían haber devuelto 250 mil dólares en Buenos Aires y 170 mil en Goya. Ni hablemos de los 612 bitcoins que estaban disponibles”, dijo en su exposición. Aseguró que nunca tuvo intención de fugarse y que, por el contrario, “puso la cara todos los días”.
En referencia a las declaraciones de los damnificados sostuvo que “muchos creen que cuando el juicio termine van a pasar por una ventanilla donde les van a reintegrar su dinero, por eso defienden tanto lo que invirtieron y borran lo que cobraron”. Afirmó también que Generación Zoe era una estructura mundial con brokers e inversiones en bitcoins. Dijo que, si bien en ese momento era una criptomoneda de riesgo, en 2021 había subido un 300%. Además descartó que el modelo de negocios ofrecido fuera una propuesta piramidal efímera ya que, si bien Zoe se había instalado en Salta en 2019, venía funcionando desde mucho antes.
Según su testimonio, la intervención judicial comenzó el 18 de febrero de 2022, cuando se iniciaron los allanamientos y se detuvo a su contador y a su pareja. A partir de ese momento, dijo, se bloquearon cuentas y comenzó una “campaña de desprestigio” en su contra que busca hacerlo quedar como el "villano". También denunció que funcionarios judiciales movieron “700 mil dólares” de forma irregular y que no todos los involucrados en la causa fueron imputados: “Hay personas que estuvieron detenidas en condiciones deplorables, mientras otros nunca fueron siquiera citados”.
Durante la audiencia, el acusado se refirió a las miles de personas que invirtieron en la plataforma: “ZOE tenía 90.000 inversores en todo el mundo. Todos reclamaron al mismo tiempo y eso colapsó el sistema. Pero teníamos voluntad de pago. La denuncia fue lo que provocó que se pierda todo”.
Además, señaló que el bloqueo de pagos no fue su responsabilidad, sino que la atribuyó a una fiscal a la que mencionó directamente como “la contable del bloqueo”. “Yo soy el responsable de la campaña, pero no del bloqueo. Nos impidieron seguir pagando”, afirmó.
Consultado sobre las herramientas legales para recuperar fondos, respondió que presentó una denuncia en el Juzgado Penal Económico N°4 de Comodoro Py junto al abogado Gustavo Saavedra, y aseguró que contrató por más de 800 mil dólares a Miguel Ángel Pierre, quien, según su versión, “no hizo nada y se fue del otro lado”.
A lo largo de su declaración, también aseguró que los bitcoins están en billeteras de Binance, pero que no puede acceder a ellos por las trabas legales impuestas. “Sacar esos montos requiere autorización con señales biométricas. Y no me lo permiten”, explicó.
Como cierre, criticó el trato que recibe en la alcaldía judicial donde permanece detenido. “Ni siquiera me permiten una prisión domiciliaria, como sí se le otorgó a otras personas condenadas. No me dejan ver a mi hijo ni defenderme como corresponde. Todo esto es ridículo, porque la deuda es pequeña comparada con el capital total que manejaba la empresa”, concluyó.
"Membresía inteligente premium"
Uno de los denunciantes que ayer prestó declaración en la causa Generación Zoe relató cómo fue captado por la firma en diciembre de 2021, tras mantener contacto con un joven cordobés durante un curso virtual de educación financiera. El testigo, un agricultor de la localidad jujeña de El Carmen, contó que fue convencido para invertir en la empresa de Leonardo Cositorto, que ya tenía una sede operativa en la ciudad de Salta.
La propuesta que lo atrajo fue la adquisición de una "membresía inteligente premium", que incluía, según le informaron en aquel momento, dos viajes anuales para asistir a convenciones exclusivas organizadas por Zoe. El 30 de diciembre de 2021 viajó hasta Salta y entregó 5 mil dólares en efectivo a Federico Vilardel. En esa ocasión, también interactuó con Ricardo Vilardel, a quien identificó como el encargado general de la sede salteña.
Según su relato, los responsables del lugar le aseguraron que la rentabilidad provenía del trading profesional y de operaciones bursátiles, y que no existía riesgo alguno, ya que todo estaba "a cargo de expertos". En enero del año siguiente, tras recibir el primer pago de intereses -un 7,5% mensual-, decidió ampliar su inversión.
En enero de 2022 aportó otros 9 mil dólares para ingresar al "robot inteligente" de inversión. Esta vez no recibió ningún contrato ni documentación formal, solo un recibo común de librería, algo que le generó sospechas. Nunca volvió a cobrar ni un centavo más.