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En octubre pasado, Geoffrey Hinton, conocido como el "padrino de la inteligencia artificial", ingresó al selecto grupo de científicos galardonados con el Nobel de Física. El profesor emérito de la Universidad de Toronto fue reconocido junto a John Hopfield, de la Universidad de Princeton, por sus avances en redes neuronales artificiales, tecnologías que han permitido que las computadoras aprendan y evolucionen.
Sin embargo, la distinción llegó en un momento en el que Hinton no solo celebra los logros científicos, sino que también lanza severas advertencias sobre los riesgos que supone la inteligencia artificial (IA). Desde su renuncia a Google en 2023, el científico ha sido enfático al señalar que la IA podría volverse más peligrosa a medida que avance, incluso llegando a amenazar la existencia humana.
"Mi suposición es que, dentro de 5 o 20 años, tendremos una probabilidad del 50% de que la inteligencia artificial intente tomar el control de nuestras vidas", afirmó Hinton en una entrevista reciente. Sus palabras reflejan un cambio drástico en su percepción de la tecnología que ayudó a desarrollar, pasando de ser su defensor a un crítico preocupado por las posibles consecuencias.
Entre los peligros que inquietan al científico está la proliferación de información falsa en internet mediante el uso de chatbots avanzados y deepfakes, lo que podría dificultar que el usuario promedio distinga la verdad de la ficción. Además, Hinton advirtió sobre el impacto de la IA en el mercado laboral, que podría reemplazar tareas humanas en lugar de complementarlas, y el desarrollo de armas autónomas, conocidas como "robots asesinos".
"Estas tecnologías podrían generar un comportamiento inesperado debido a la gran cantidad de datos que analizan y procesan por su cuenta", explicó Hinton. También mostró su preocupación por la competencia sin regulaciones internacionales entre gigantes tecnológicos como Google y Microsoft, que podría hacer incontrolable el desarrollo de la IA.
Hinton elogió las medidas responsables que Google tomó hasta 2022 para evitar lanzar productos potencialmente dañinos. Sin embargo, desde que Microsoft integró chatbots en su motor de búsqueda Bing, se ha desatado una carrera entre las empresas tecnológicas por dominar el mercado de la IA, lo que, según él, podría ser "imposible de detener".
El científico subrayó que la IA no tiene la supervisión internacional que sí existe para las armas nucleares, lo que permite que países y empresas trabajen en secreto en el desarrollo de estas tecnologías, incrementando el riesgo de consecuencias imprevistas.
La inteligencia artificial no solo está transformando sectores como la educación, la salud y la economía, sino que también plantea preguntas urgentes sobre el futuro de la humanidad. Según Hinton, el avance acelerado de la IA podría llevar a escenarios imprevistos donde las máquinas no solo superen a los humanos en capacidades específicas, sino que también tomen decisiones autónomas con consecuencias potencialmente catastróficas. "La IA es una herramienta poderosa que puede beneficiar enormemente a la humanidad, pero sin un control adecuado, puede convertirse en nuestra mayor amenaza", advirtió, subrayando la necesidad de abordar esta revolución tecnológica con responsabilidad y regulaciones globales.
A pesar de sus advertencias, Hinton mantiene la esperanza de que los principales científicos del mundo trabajen juntos para encontrar formas de controlar esta tecnología antes de que sea demasiado tarde. "Necesitamos regulaciones internacionales que limiten cómo y hasta dónde podemos avanzar", concluyó.