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La segunda columna diaria de El Tribuno fue "Entre Bambalinas", escrita a partir de 1959 por Mario Ghbara bajo el seudónimo de Mario Ríos. Fue sin dudas la columna que marcó toda una época de la política lugareña. Sin temor a equivocar, se puede afirmar que Mario Ghbara fue en Salta, el periodista por antonomasia.
Había nacido en Cerrillos en 1922 y luego de pasar parte de su infancia en Campo Quijano, ingresó al Seminario Conciliar de Salta donde cursó el Bachillerato de Humanidades y más tarde Filosofía en el Seminario Regional de Catamarca. En su trunca formación sacerdotal estudio Filosofía de la Historia y Filosofía Política, además logró dominar cuatro idiomas: latín, griego, francés e italiano, además de su lengua materna.
En 1943, luego de abandonar su carrera sacerdotal, asomó por primera vez en el periodismo por intermedio de la onda de LV9 Radio Provincia de Salta. Poco después figura entre quienes alentaban la creación de la Escuela de Comercio "Dr. Hipólito Yrigoyen", establecimiento donde ejerció la docencia.
Más tarde ocupó durante la primera época del peronismo, importantes cargos en los ministerios de Asistencia Social y Salud Pública junto al Dr. Dantón Cermesoni. Fue por esos años que alcanzó a ocupar la jefatura de la Oficina de Prensa de la Gobernación, cuando acompañó la gestión del exgobernador Emilio Espelta.
Luego de su incursión por la función púbica, se incorporó a la prensa escrita, al ingresar en los inicios de la década de 1950 al plantel del diario "Norte" como redactor deportivo. Más tarde y en el mismo medio, incursionó en la problemática provincial, sitio donde comienza a tomarle el gusto a la política.
Pero su gran desarrollo como periodista comienza en El
Tribuno, diario al que se incorporó en 1955. Fue en este ámbito donde Mario Ghbara logra alcanzar las más altas responsabilidades en la redacción, cuando era director don Roberto Romero.
Y gracias a su gran capacidad de trabajo, don Mario, como le llamaban sus colegas, ocupó en la redacción de El Tribuno sucesivamente cargos: prosecretario, secretario, secretario general y jefe de redacción. Más tarde, asesor general del director y de la empresa "Horizontes", de cuyo directorio formó parte.
En 1959, ya como consolidado comentarista político, Ghbara crea en el diario El Tribuno, "Entre Bambalinas", la columna diaria que desapareció cuando enferma en julio de 1982.
Los recuerdos de sus años de estudiante lo llevaron a colaborar estrechamente desde El Tribuno, con la lucha por la creación de la Universidad Nacional de Salta. Fue en los estudios de su agencia de publicidad donde gratuitamente se diseñó el logo del Movimiento Pro Universidad Nacional.
Mario Ghbara o Mario Ríos falleció el 12 de agosto de 1983 y nada mejor para recordarlo que transcribir párrafos de sus columnas escritas en dos momentos cruciales. El primero, una reflexión ante la muerte de Juan XXIII:
"Juan XIII ha muerto, este anuncio de fallecimiento, ha sido sentido en el mundo entero. No solo por los católicos, sino también por aquellos que pertenecen a otras religiones, y aun por quienes prescinden de lo religioso en su vida, porque fue un hombre de interés para toda la humanidad".
"En los hombres puestos en los niveles desde donde se conducen a los pueblos, lo que interesa no es la cantidad de cosas que hacen sino la orientación que saben dar a las cosas que hacen; el espíritu que inyectan a la instituciones que manejan".
¿Qué ha hecho Juan XXIII como jefe de la Iglesia Católica? Podemos reducir sus obras a tres: dos encíclicas y un Concilio. La primera encíclica 'Mater et magistra' ha puesto al mundo católico en una alternativa ineludible: o se inclina por la justicia social o quedara junto al camino como los despojos de una caravana que no puede detenerse".
"Pero lo más importante del Pontificado de Juan XXIII es sin duda el Concilio Vaticano II. Allí es donde ha demostrado su capacidad de conducción en una medida insospechada".
"Fue admirable en este hombre octogenario la actualidad de su visión de la Iglesia y del mundo. En él se hace evidente que la vejez no significa envejecimiento espiritual".
Finalmente, releamos a Mario Ghbara en algunos párrafos de su columna referida a la muerte de Perón:
"Ha muerto el conductor de la Nación. Ha entregado su aliento a la causa que abrazó como vida. Pudo cumplir con aquel deseo expresado a los trabajadores argentinos: quemarse "en una llama épica y sagrada para alumbrar el camino de la victoria'".
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