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Se puede llegar a decir que, en esta primavera que se viene, la liberación de precios del Gobierno nacional preparó y abonó el terreno para el brote de los oportunistas y aprovechadores de siempre. Como si los comerciantes estuvieran esperando alguna otra razón para volar por los aires los precios.
Por alguna razón, que por ahora no podemos entender, los precios en las plantas envasadoras y distribuidoras no se incrementaron como lo anunciaban, pero ni lerdos ni perezosos los comerciantes subieron los precios hasta donde consideraban. Peor le fue al Gobierno de la Provincia que cerró un acuerdo por arriba del precio de hoy en las plantas.
El Tribuno salió a buscar garrafas y encontró los siguientes valores:
- El precio en las plantas, hoy, están entre los 11 mil y 11.500 pesos.
- En los barrios de Salta se dispararon los precios rápidamente y en la zona oeste de Salta se puede encontrar una garrafa por entre los 11 y 18 mil pesos.
- Pero en los pueblos del Valle de Lerma se ubican entre 18 y 25 mil pesos.
Para entender esta "vidriera escandalosa" del mercado de precios de la garrafa de 10 kilos es mejor seguir la secuencia.
La Secretaría de Energía de la Nación emitió la Resolución 216/2024, la semana pasada, donde se liberó el mercado de las garrafas.
Ante esa decisión política, el Gobierno de la Provincia se reunió con representantes de las empresas distribuidoras de garrafas para llegar a un acuerdo sobre el precio. Tras las negociaciones se logró un acuerdo que garantiza precios estables para la garrafa social y comercial hasta finales de octubre. Eso está muy bien.
Lo extraño es que el convenio, firmado por el ministro de Gobierno, Derechos Humanos y Trabajo, Ricardo Villada; limita el aumento al 35%; que serían unos 13.500 pesos. Es decir que el Gobierno firmó el convenio con un precio a la alta, no a la baja; porque en las plantas se vende a menor valor.
Volviendo al Cambalache, "vivimos revolcao en un merengue" porque no hay entonces precios de referencia. El Gobierno nacional libera precios, pero los empresarios dicen que lo mismo les siguen poniendo el precio y un cupo, el Gobierno de la Provincia firma un convenio "a la alta" y los comerciantes, que se toman la liberación a la ligera, suben el precio por las dudas hasta donde ellos consideran. Quedan los consumidores reos, "en el mismo lodo, todos manoseao"; que en el caso de la provincia de Salta supera el 50 por ciento de los hogares.
En San Luis, en dos negocios, uno al frente del otro, zona comercial del cajero automático, hay una dispersión que volvería locos a los teóricos de formación de precios. Uno cobra 15 mil pesos y si se cruza la ruta nacional 51 te cobran 18 mil pesos la misma garrafa de 10 kg, a menos de 20 metros de distancia.
Don Tolaba llegó con su moto y una garrafa atada con una vieja goma de cámara de bicicleta. Salió desde la zona oeste hasta la ruta provincial 26 para comprar una garrafa a 11.000 pesos. Dijo que en su barrio la venden a $15 mil en los comercios.
En la mismo planta, Juan llegó en bicicleta desde Primera Junta, un barrio del sudeste mismo, dijo que ya ni sabe cuánto cuesta la garrafa en su barrio porque, aunque esté cerca de la planta, los comerciantes aprovechan la dura realidad de tener que utilizar garrafa. Parece que, por algún infortunado y preciso motivo, uno se queda sin gas en la garrafa casi siempre un sábado a la noche o un domingo. Es muy de barrio saber que el comerciante vende más cara las garrafa durante los fines de semana. Mucho más costoso es conseguir una garrafa un feriado o un domingo a la noche. No sabemos ahora a cuánto puede llegar a cotizar en ese momento de infortunio.