Ante los riesgos que generan los efectos del calentamiento global y el cambio climático, surge la primera duda acerca de si están las ciudades adaptadas para enfrentar esos desafíos. Y está pregunta dispara inmediatamente nuevas incógnitas: ¿Tiene la ciudadanía preparación para sobrellevar una emergencia? y ¿Los organismos oficiales tienen capacidad de respuesta para mitigar los eventuales desastres a causa de un fenómeno de este tipo?
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Ante los riesgos que generan los efectos del calentamiento global y el cambio climático, surge la primera duda acerca de si están las ciudades adaptadas para enfrentar esos desafíos. Y está pregunta dispara inmediatamente nuevas incógnitas: ¿Tiene la ciudadanía preparación para sobrellevar una emergencia? y ¿Los organismos oficiales tienen capacidad de respuesta para mitigar los eventuales desastres a causa de un fenómeno de este tipo?
Este es uno de los grandes temas que me preocupa y sobre el que me vine especializando durante años, por eso no es mi objetivo remarcar los impactos negativos del cambio climático, pero sí resulta imperioso poner el foco en la necesidad de preparar a la población para abordar los riesgos y optimizar, con capacitación y materiales, a los organismos para una inmediata respuesta ante emergencias en el nivel local.
Para quienes estamos de alguna u otra manera vinculados doctrinaria, técnica, científica, pedagógica u operativamente a esta temática, es común afirmar que hace ya mucho tiempo los científicos vienen advirtiendo sobre los cambios que se produjeron y producen en el planeta desde la aparición de la era industrial. Estas modificaciones en algunos casos ya son irreversibles y por eso se estima que están dando paso a nuevas formas de vida sobre la tierra, y hasta algunos arriesgan que podrían ser formas de supervivencia.
"Es imperioso poner el foco en la necesidad de preparar a la población para abordar los riesgos".
Es que hace mucho la comunidad científica viene hablando de Cambio climático y sus efectos, pero pareciera que la sociedad en general no toma conciencia. Lo que se torna aún mas complejo de comprender y abordar, cuando algunos líderes mundiales directamente lo niegan.
Los efectos que genera el cambio climático en muchos casos pueden parecer imperceptibles, incluso inexistentes en la vida cotidiana, hasta que un día llueve en 24 horas lo que comúnmente precipita en esa ciudad en un mes, o un foco ígneo termina devorando miles de hectáreas de bosques nativos centenarios. Es en ese momento en el que se toma conciencia del problema y solo podemos, con suerte, intentar lidiar con sus consecuencias.
Y el cambio climático, unido a la ciencia, la tecnología, la sostenibilidad y nuevos conceptos actuales requiere de algo que es imprescindible profundizar: la gestión del riesgo.
Entre algunas ideas, es importante advertir la necesidad de dotar de mayores recursos y preparación a los organismos de respuesta de emergencias. Difícil se vuelve cuando el titular del poder ejecutivo a nivel nacional niega la existencia del cambio climático y sus efectos, retaceando los elementos necesarios para una rápida acción que prevengan o mitigue los daños.
"Hace mucho se habla de cambio climático, pero pareciera que la sociedad no toma conciencia".
Entonces es ahí donde emergen figuras en redes sociales encabezando colectas que encuentran en la sociedad un punto de equilibrio ante tanta locura negacionista y aporta la necesaria sensibilidad que la gente se resiste a perder.
Pero independientemente de las personas que circunstancialmente ocupen los roles del poder en el gobierno, es necesaria una definitiva política de Estado que prepare y capacite continuamente a la población y sus organismos para enfrentar una catástrofe, porque en definitiva, y sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que una ciudad va a estar preparada para responder a un evento crítico, el día que cada ciudadano sepa que hacer.