"Las mujeres en nuestro equipo se caracterizan por ser excelentes socorristas, cuidadosas y muy intuitivas", comenta Elia, destacando la importancia de la equidad de género en el rescate y el trabajo en equipo.
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"Las mujeres en nuestro equipo se caracterizan por ser excelentes socorristas, cuidadosas y muy intuitivas", comenta Elia, destacando la importancia de la equidad de género en el rescate y el trabajo en equipo.
En el Día Internacional de la Mujer, Elia Márquez, jefa de la Asociación de Bomberos Voluntarios y Rescatistas Martín Albarracín de Salta, comparte su emotiva historia de lucha, resiliencia y compromiso con la comunidad. A lo largo de su vida, Elia enfrentó desafíos personales y profesionales que la llevaron a convertirse en una referente en su comunidad, especialmente en la difícil y peligrosa labor del rescate y la atención de emergencias.
Elia llegó a Salta desde Chile a los 24 años, después de haber comenzado su camino en la Cruz Roja de su país natal. "Tenía 13 años cuando empecé en la Cruz Roja en Chile. A los 24 me vine aquí, con la idea de ocuparme en algo. Luego de un tiempo, decidí ingresar a un cuerpo de rescate en Salta, donde llegué a ser jefa", recuerda Elia. Este primer paso en su carrera como rescatista marcaría el inicio de una vida dedicada al servicio y la ayuda al prójimo.
Elia lidera el cuartel de Bomberos Voluntarios y Rescatistas Martín Albarracín desde su creación, en honor a su gran amigo y camarada, quien perdió la vida en un trágico incendio de pastizales en los cerros ubicados en el paraje El Acheral, en Guachipas. "Martín Albarracín era una persona excepcional. Para mí, era como un hijo. Siempre tuvo un respeto increíble hacia las mujeres y una vocación ejemplar. Cuando él falleció, decidimos abrir el cuartel de bomberos en su honor. Ya pasaron 10 años, y seguimos con la misma dedicación", explica Elia, con la voz entrecortada por la emoción.
Desde niña, Elia sintió una vocación innata por ayudar a los demás. "Siempre tuve esa noción de ser útil. Estudié en Chile como asesora quirúrgica y ayudante de cirujano, y desde joven formé parte de actividades como la secretaría de juventud, donde salíamos a ayudar a la gente durante emergencias. Eso me motivó a seguir en este camino", cuenta Elia, orgullosa de su legado de servicio.
Ser madre, quedar viuda joven y luego reconstruir su vida junto a su pareja no fue fácil, pero Elia siempre logró encontrar un equilibrio para seguir adelante. "Quedé viuda muy joven, con mi hija pequeña. Luego, me puse en pareja y, desde entonces, pude hacer lo que me gusta, como el rescate y ser parte de los bomberos", relató.
A lo largo de los años, Elia trabajó codo a codo con sus compañeros y compañeras, quienes la consideran un ejemplo a seguir. En su cuartel hay un equipo diverso que incluye tanto a hombres como a mujeres. "En mi cuartel tenemos mujeres excepcionales, como Noelia Saravia, que ahora es jefa, y su hija, Maya, que ha estado con nosotros desde pequeña. Las mujeres en nuestro equipo se caracterizan por ser excelentes socorristas, cuidadosas y muy intuitivas", comenta Elia, destacando la importancia de la equidad de género en el rescate y el trabajo en equipo.
Elia y su equipo han realizado innumerables rescates que dejaron huellas profundas. "Uno de los rescates más significativos fue el de una mujer que cayó a un pozo en San Luis. Tenía fracturas múltiples, pero gracias al trabajo de mi equipo pudimos salvarle la vida. Afortunadamente, esta mujer, una ingeniera de Buenos Aires, volvió a caminar después de ese rescate", recuerda Elia, visiblemente emocionada. "Esas son las historias que te motivan a seguir, a pesar de los riesgos y las dificultades".