Un club de puertas abiertas que supo acomodarse a las nuevas necesidades de la gente. La Unión Sirio Libanesa camina junto con los salteños hace casi 100 años. Hoy en día se enorgullece de contarnos su historia, de compartir su cultura sin distinción de clases sociales y de planificar de cara al futuro.
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Un club de puertas abiertas que supo acomodarse a las nuevas necesidades de la gente. La Unión Sirio Libanesa camina junto con los salteños hace casi 100 años. Hoy en día se enorgullece de contarnos su historia, de compartir su cultura sin distinción de clases sociales y de planificar de cara al futuro.
Unas 700 personas a diario transitan por el añejo edificio de San Martín 677 para practicar deportes (natación o tenis), aprender el idioma árabe o bailar folclore y tango. En 2014 la institución retomará las clases de danzas y folclore árabes pero, para sorpresa de los salteños, éstas serán gratuitas gracias a un convenio firmado con la Provincia.
El servicio a la comunidad es el lema del club y “es una forma de devolverle a la sociedad salteña su generosidad y hospitalidad”, destacó su presidente, Roberto Dib Ashur.
Tradicionalmente, la Unión Sirio Libanesa ha sido un lugar de encuentro social y, con el paso del tiempo, se fueron sumando las actividades deportivas. Hoy en día, el fuerte del club es la natación, del total unos 600 asisten a nadar, otros 50 a tenis y el resto a diversas actividades culturales y sociales.
La gran apuesta de la casa el próximo año son las clases gratuitas. “Es que las academias de árabe están cobrando como 200 pesos y el chico de barrio que quiere aprender no siempre cuenta con ese dinero. Por otra parte, la mejor manera de agradecerle a la comunidad todo lo que nos dio es dejando cultura”, señaló Dib Ashur.
Esta noche, a las 21.30, los socios del club cerrarán el año con una picada árabe. En la actualidad son aproximadamente 400, de los cuales un 30 por ciento es descendiente directo de sirio-libaneses. El resto, criollos que hacen honor a la sangre árabe.
Un poco de historia
La fundación de la Unión Sirio Libanesa de Salta se realizó el 11 de julio de 1920, en el mismo lugar donde funciona hoy, sobre calle San Martín 677. El edificio ubicado en el corazón de la ciudad ya fue declarado patrimonio histórico de Salta.
Sentado en el living de su casa, donde recibió a El Tribuno, don Roberto Dib Ashur, acompañado de uno de sus primos y vicepresidente de la institución, Sebastián, relataron sin parar la historia del club y también de sus antepasados.
“El club se crea asemejando la Patria. Necesitaban un lugar de reunión porque en aquel entonces se recibían correspondencias y alguien tenía que leerlas. No nos olvidemos que nadie hablaba castellano”, contó Roberto.
Otra intención originaria de la entidad era socorrer a aquellos sirio-libaneses o cualquier hermano que llegara de Medio Oriente, en la mayoría de los casos huyendo del odio y de la guerra. Según les trasmitieron sus abuelos, 18 personas son las que encararon la tarea fundacional con unos 150 socios. Con esfuerzo los afiliados fueron adquiriendo por pedazos la tierra donde hoy se emplaza el histórico edificio amarillo. La cultura árabe tiene más de 7 mil años, pero, curiosamente, el Líbano festejó el viernes pasado 70 años de independencia y Siria lleva recién 67. Los sirio-libaneses representan el 90% de la inmigración árabe vieja en la Argentina. Son de origen cristiano: católicos, apostólicos, ortodoxos, por lo que no se les hizo difícil la integración en la sociedad argentina.
“Cuando se alejaron de la época de los primeros inmigrantes, entre la asimilación a la sociedad y la mezcla, se hizo difícil mantener la homogeneidad de que sean solo descendientes de árabes, pero como éstos se integraron perfectamente a la sociedad argentina, esa amalgama ha hecho que el club sea una institución de puertas abiertas”, destacó Sebastián Ashur Mas.
La Sirio Libanesa es el lugar en el mundo de muchos hombres y mujeres que encuentran adentro de esas paredes un momento de relajación y distensión, donde una vez a la semana distintos grupos se reúnen para compartir una receta típica o jugar al tauli o a las cartas.
El natatorio
Casi el 90 por ciento de los que asisten a diario a la Sirio hacen natación. La institución cuenta con una pileta de dimensiones olímpicas impecable, con numerosos profesores. Los grupos son diversos: niños, niños pequeños, adultos y adolescentes, gimnasia en el agua y pileta libre.
La variedad de horarios permite a la comunidad poder aprovechar esta opción. Los precios, con respecto a otras entidades, también son razonables.
Clases de idioma
Las clases de idioma árabe son otra de las alternativas que se pueden realizar en el club de la Sirio. Hay alumnos de todas las edades, especialmente jóvenes y adultos.
A partir de enero o febrero próximo, se podrá aprender el idioma de forma gratuita a través de un proyecto que encara la institución con la Provincia denominado la Cultura Arabe en Salta. No olvidemos que la influencia árabe en la lengua española ha sido muy significativa.
El restaurante
Empanadas o picadas árabes, niños envueltos en hoja de parra o una baklawa. La comida típica árabe se ha incorporado a la cultura argentina y salteña, a tal punto que es casi inflatable alguna de estas recetas en la mesa familiar.
En el restaurante de la Sirio Libanesa, el salteño puede encontrar y saborear una variedad de platos tradicionales. Atienden todos los días, al mediodía y por la noche. La concesión del negocio está tercerizada hace un año.