River le ganó 2 a 0 a Guaraní y quedó bien parado para la revancha | Copa Libertadores

River se ilusiona más que nunca con la Copa Libertadores, el preciado trofeo con el que sueña desde hace 19 años. Y tiene motivos para hacerlo. El equipo de Marcelo Gallardo logró una buena diferencia para llegar a la final con el triunfo de anoche como local ante Guaraní de Paraguay por 2 a 0, en el partido de ida la de semifinal en el Monumental.

River fue un equipo enérgico en los primeros 20 minutos. Con decisión fue en busca del primer gol con sus volantes y defensores en una clara actitud ofensiva, con la presión en ataque, con Ponzio adelantado en la línea de cinco, con Luis González por el centro para liberar la proyección de Vangioni y la dupla Sánchez-Mercado por el sector derecho, que fue el predilecto para lastimar a Guaraní.

La situación más clara se dio a los 10 minutos con un remate de cabeza de Lucas Alario, tras centro de Rodrigo Mora por derecha, y que los reflejos del arquero Aguilar derivaron en un rebote que Sánchez no capitalizó. River insistió con la presión, especialmente por la banda derecha, pero a medida que pasaban los minutos ese desgaste le pasó factura en lo físico y perdió concentración.

Guaraní, que llegaba de eliminar al Corinthians y a Racing, se vio desbordado como nunca en la Copa, pero cuando salió del asedio ante el freno de River demostró cuán peligroso puede ser más allá que Santander haya sido el único punta.

La última ocasión de peligro de River en la primera etapa fue el remate de Ponzio de media distancia (39') en el momento más sufrido del conjunto de Gallardo, que sintió la presión del equipo paraguayo.

En el inicio del segundo tiempo, River recuperó la posesión de la pelota sin el vértigo del inicio, con Gonzalo Martínez por Lucho González, pero los nervios se apoderaron otra vez del equipo. Hasta que apareció Mercado, quien aprovechó el cabezazo de Alario, luego del tiro de esquina que ejecutó Martínez. La acción del ex-Colón, que ganó en el salto a la defensa paraguaya, sirvió como pase a Mercado, que definió en soledad como si fuera un 9, y puso el 1-0. River logró vencer así a la férrea defensa de Guaraní y se infló de ánimo para ir por más. Con más empuje que fútbol, pero revitalizado.

Los ataques de River se focalizaron por la izquierda, esta vez con Vangioni y Martínez como protagonistas, y a través de ellos (25') nació una de las mejores jugadas, que derivó en el pase a Mora que tapó Aguilar.

El mejor momento de River se cristalizó con el golazo de Mora. El uruguayo enfiló en soledad hacia el arco, previo pase de Ponzio a Alario (de gran partido) que éste cedió con inteligencia para el ex-Benfica. Mora vio adelantado a Aguilar y cuando parecía que iba a sacar un remate fuerte decidió "pinchar" el balón con enorme categoría. El suspenso, con un roce en el travesaño, paralizó los corazones de más de 60 mil hinchas, y la concreción desató la locura en las tribunas. Golazo de gran talla, al estilo de los grandes para Mora, que le valió la ovación de todo el estadio.

El equipo paraguayo sintió el impacto y River se afianzó en todas sus líneas, se hizo un equipo corto y solidario con Mora y Alario auxiliando al medio. Se despojó de dudas, enamoró a sus hinchas y acaricia la final. Es que el River copero tiene otro chip y así lo demostró en la cancha.

La única nota negativa fue la amonestación a Ponzio, quien no jugará la revancha en Asunción el próximo martes.

River se ilusiona más que nunca con la Copa Libertadores, el preciado trofeo con el que sueña desde hace 19 años. Y tiene motivos para hacerlo. El equipo de Marcelo Gallardo logró una buena diferencia para llegar a la final con el triunfo de anoche como local ante Guaraní de Paraguay por 2 a 0, en el partido de ida la de semifinal en el Monumental.

River fue un equipo enérgico en los primeros 20 minutos. Con decisión fue en busca del primer gol con sus volantes y defensores en una clara actitud ofensiva, con la presión en ataque, con Ponzio adelantado en la línea de cinco, con Luis González por el centro para liberar la proyección de Vangioni y la dupla Sánchez-Mercado por el sector derecho, que fue el predilecto para lastimar a Guaraní.

La situación más clara se dio a los 10 minutos con un remate de cabeza de Lucas Alario, tras centro de Rodrigo Mora por derecha, y que los reflejos del arquero Aguilar derivaron en un rebote que Sánchez no capitalizó. River insistió con la presión, especialmente por la banda derecha, pero a medida que pasaban los minutos ese desgaste le pasó factura en lo físico y perdió concentración.

Guaraní, que llegaba de eliminar al Corinthians y a Racing, se vio desbordado como nunca en la Copa, pero cuando salió del asedio ante el freno de River demostró cuán peligroso puede ser más allá que Santander haya sido el único punta.

La última ocasión de peligro de River en la primera etapa fue el remate de Ponzio de media distancia (39') en el momento más sufrido del conjunto de Gallardo, que sintió la presión del equipo paraguayo.

En el inicio del segundo tiempo, River recuperó la posesión de la pelota sin el vértigo del inicio, con Gonzalo Martínez por Lucho González, pero los nervios se apoderaron otra vez del equipo. Hasta que apareció Mercado, quien aprovechó el cabezazo de Alario, luego del tiro de esquina que ejecutó Martínez. La acción del ex-Colón, que ganó en el salto a la defensa paraguaya, sirvió como pase a Mercado, que definió en soledad como si fuera un 9, y puso el 1-0. River logró vencer así a la férrea defensa de Guaraní y se infló de ánimo para ir por más. Con más empuje que fútbol, pero revitalizado.

Los ataques de River se focalizaron por la izquierda, esta vez con Vangioni y Martínez como protagonistas, y a través de ellos (25') nació una de las mejores jugadas, que derivó en el pase a Mora que tapó Aguilar.

El mejor momento de River se cristalizó con el golazo de Mora. El uruguayo enfiló en soledad hacia el arco, previo pase de Ponzio a Alario (de gran partido) que éste cedió con inteligencia para el ex-Benfica. Mora vio adelantado a Aguilar y cuando parecía que iba a sacar un remate fuerte decidió "pinchar" el balón con enorme categoría. El suspenso, con un roce en el travesaño, paralizó los corazones de más de 60 mil hinchas, y la concreción desató la locura en las tribunas. Golazo de gran talla, al estilo de los grandes para Mora, que le valió la ovación de todo el estadio.

El equipo paraguayo sintió el impacto y River se afianzó en todas sus líneas, se hizo un equipo corto y solidario con Mora y Alario auxiliando al medio. Se despojó de dudas, enamoró a sus hinchas y acaricia la final. Es que el River copero tiene otro chip y así lo demostró en la cancha.

La única nota negativa fue la amonestación a Ponzio, quien no jugará la revancha en Asunción el próximo martes.