Piuman es el nombre del mago que durante más de 50 años deleitó con sus trucos a los salteños, grandes y chicos por igual.
Eduardo Subirana Farré es el hombre detrás del mago que, durante más de cinco décadas, dio rienda suelta a su imaginación.
De sangre española y catalana, mirada cálida y 77 años a cuestas, que casi no se notan por su vitalidad y su admirable memoria, recibió a El Tribuno en su casa, una residencia centenaria que acuna la historia del ilusionismo en Salta.
Allí, en 12 de Octubre 656, funciona además la sede local del Círculo Mágico Argentino, creada por Subirana en 1963.
Semanalmente, quienes despuntan el arte del ilusionismo se reúnen allí y transmiten sus secretos a los más jóvenes que, ávidos y curiosos, asisten para aprender de los grandes magos salteños, quienes este próximo 31 de enero celebrarán su día.
El amor por el arte
Desde muy pequeño, Eduardo tomó contacto con el arte: a los 8 años ya actuaba en obras de teatro y a los 10 conoció de cerca el ilusionismo.
En la década del 40, muchos hacedores de la cultura que venían a Salta se hospedaban en la casa de los Subirana Farré.
Fue el caso de Américo Cremone, dueño del circo Cremone y, además, mago.
"Don Américo instalaba su circo en terrenos que eran de mi padre. Como era mago, yo participaba en su show como ayudante. En esa época, todos los circos tenían magos y yo vivía metido en el circo".
Luego, cuando era adolescente viajó con su familia a la ciudad de Barcelona. Allí conoció al que sería su gran maestro, el inglés David Teodoro Bamberg, conocido como Fu-Manchu.
Descendiente de siete generaciones de magos, legó toda su sabiduría y gran parte de su utilería al mago salteño. "Venía a Salta al teatro Alberdi y almorzada en casa. Era muy ocurrente, con un carisma especial".
Una época de esplendor
A partir de los 18 años, Piuman comenzó a organizar grandes espectáculos teatrales, con shows que incluían más de 100 personas en escena, enormes decorados, bailarines y orquesta. Algunos famosos también eran convocados para el final del show, como Lolita Torres o Violeta Rivas.
"Siempre fui un aficionado, nunca gané un peso, todo lo que hacíamos era a beneficio. Éramos muy demandados y hacíamos los grandes shows en el teatro Alberdi. También visitábamos escuelas y hogares de niños y ancianos. Hoy la época de esplendor de la magia y el ilusionismo está en décadencia".
Hace 18 años, según recuerda, Piuman dio la última función en el otrora Teatro Alberdi.
Hoy se reune con otros aficionados a la magia que siguen realizando funciones en hogares de chicos y abuelos. Actualmente cuenta con cuatro alumnos que van a aprender todos los secretos que pone a disposicion
Muchos de sus colegas "mágicos" eran abogados, contadores y hasta integrantes de las fuerzas de seguridad. "De los magos de antes ya no queda casi ninguno. Vivimos un bosque de tecnología y un desierto de humanidad. Hay más tecnología que habilidad", señala con nostalgia este apasionado de la magia que recibe cada mes 11 revistas especializadas de Europa, Estados Unidos y Argentina.
"La magia es el arte de hacernos creer que existe y es lo que no existe ni es. Es una nada seductora, que es la imaginación humana. Para mí, la magia es un lugar para vivir de ilusiones. El alma tiene ilusiones como el pájaro alas", dice, mientras muestra el espacio más especial de su casa: el miniteatro, un santuario que honra la historia de la magia en Salta, plagado de elementos, utilería y vestuario.
¿Quién es?
Eduardo Subirana Farré incursionó en el teatro y la radio. Organizó ciclos artísticos memorables en Salta, como "La magia de la zarzuela", "Galas de la magia", "Fantasías mágicas", en los principales teatros de nuestra ciudad como el San Alfonso o el Alberdi. En estas "revistas mágicas" intervenían magos como Sammy, Cheru Nai (José Vides Bautista), Odín (Horacio Campastro) e invitados del resto del país: Roger Black, Cheng Ling, Black y muchos otros.
Además, incursionó en el comercio con numerosos emprendimientos.
Fue director de Cultura de la Provincia entre 1983 y 1986, época en la cual se lanzó la Orquesta Estable de la Provincia de Salta. También fue gerente del Banco del Noroeste y bajo su gestión se realizó el Teatro de la Fundación. Además, asesoró a la congregación del Colegio Nuestra Señora del Huerto para la realización de su teatro.
En 2016, Subirana recibió un premio a la trayectoria otorgado por una asociación norteamericana que aglutina a magos e ilusionistas de todo el mundo.
Se trata de el premio Excalibir, otorgado por la Orden de Merlín debido al valioso aporte que Piuman realizó al mundo del ilusionismo.
Por su parte, también el año pasado, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta le otorgó el Reconocimiento al Mérito por su trabajo en la promoción de la cultura, la música y la magia en la provincia.
Don Bosco, el mago santo
El 31 de enero se festeja del Día del Mago, en conmemoración del fallecimiento de San Juan Bosco, sacerdote italiano fundador de los salesianos.
Don Bosco (1815-1888) nació en Castelnuevo D'Asti, una aldea del norte de Italia. Pasó su niñez en la más absoluta pobreza. Se entretenía con juegos de malabares y espectáculos de magia.
Como sacerdote, logró atraer a miles de jóvenes con sus dotes de ilusionista y malabarista. Combinó sus enseñanzas con juegos de magia y otros entretenimientos. Creó patronatos y escuelas de oficios para que pudiesen salir adelante.
Es también el patrono de los jóvenes, cineastas, actores, gente del circo y afines.
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Piuman es el nombre del mago que durante más de 50 años deleitó con sus trucos a los salteños, grandes y chicos por igual.
Eduardo Subirana Farré es el hombre detrás del mago que, durante más de cinco décadas, dio rienda suelta a su imaginación.
De sangre española y catalana, mirada cálida y 77 años a cuestas, que casi no se notan por su vitalidad y su admirable memoria, recibió a El Tribuno en su casa, una residencia centenaria que acuna la historia del ilusionismo en Salta.
Allí, en 12 de Octubre 656, funciona además la sede local del Círculo Mágico Argentino, creada por Subirana en 1963.
Semanalmente, quienes despuntan el arte del ilusionismo se reúnen allí y transmiten sus secretos a los más jóvenes que, ávidos y curiosos, asisten para aprender de los grandes magos salteños, quienes este próximo 31 de enero celebrarán su día.
El amor por el arte
Desde muy pequeño, Eduardo tomó contacto con el arte: a los 8 años ya actuaba en obras de teatro y a los 10 conoció de cerca el ilusionismo.
En la década del 40, muchos hacedores de la cultura que venían a Salta se hospedaban en la casa de los Subirana Farré.
Fue el caso de Américo Cremone, dueño del circo Cremone y, además, mago.
"Don Américo instalaba su circo en terrenos que eran de mi padre. Como era mago, yo participaba en su show como ayudante. En esa época, todos los circos tenían magos y yo vivía metido en el circo".
Luego, cuando era adolescente viajó con su familia a la ciudad de Barcelona. Allí conoció al que sería su gran maestro, el inglés David Teodoro Bamberg, conocido como Fu-Manchu.
Descendiente de siete generaciones de magos, legó toda su sabiduría y gran parte de su utilería al mago salteño. "Venía a Salta al teatro Alberdi y almorzada en casa. Era muy ocurrente, con un carisma especial".
Una época de esplendor
A partir de los 18 años, Piuman comenzó a organizar grandes espectáculos teatrales, con shows que incluían más de 100 personas en escena, enormes decorados, bailarines y orquesta. Algunos famosos también eran convocados para el final del show, como Lolita Torres o Violeta Rivas.
"Siempre fui un aficionado, nunca gané un peso, todo lo que hacíamos era a beneficio. Éramos muy demandados y hacíamos los grandes shows en el teatro Alberdi. También visitábamos escuelas y hogares de niños y ancianos. Hoy la época de esplendor de la magia y el ilusionismo está en décadencia".
Hace 18 años, según recuerda, Piuman dio la última función en el otrora Teatro Alberdi.
Hoy se reune con otros aficionados a la magia que siguen realizando funciones en hogares de chicos y abuelos. Actualmente cuenta con cuatro alumnos que van a aprender todos los secretos que pone a disposicion
Muchos de sus colegas "mágicos" eran abogados, contadores y hasta integrantes de las fuerzas de seguridad. "De los magos de antes ya no queda casi ninguno. Vivimos un bosque de tecnología y un desierto de humanidad. Hay más tecnología que habilidad", señala con nostalgia este apasionado de la magia que recibe cada mes 11 revistas especializadas de Europa, Estados Unidos y Argentina.
"La magia es el arte de hacernos creer que existe y es lo que no existe ni es. Es una nada seductora, que es la imaginación humana. Para mí, la magia es un lugar para vivir de ilusiones. El alma tiene ilusiones como el pájaro alas", dice, mientras muestra el espacio más especial de su casa: el miniteatro, un santuario que honra la historia de la magia en Salta, plagado de elementos, utilería y vestuario.
¿Quién es?
Eduardo Subirana Farré incursionó en el teatro y la radio. Organizó ciclos artísticos memorables en Salta, como "La magia de la zarzuela", "Galas de la magia", "Fantasías mágicas", en los principales teatros de nuestra ciudad como el San Alfonso o el Alberdi. En estas "revistas mágicas" intervenían magos como Sammy, Cheru Nai (José Vides Bautista), Odín (Horacio Campastro) e invitados del resto del país: Roger Black, Cheng Ling, Black y muchos otros.
Además, incursionó en el comercio con numerosos emprendimientos.
Fue director de Cultura de la Provincia entre 1983 y 1986, época en la cual se lanzó la Orquesta Estable de la Provincia de Salta. También fue gerente del Banco del Noroeste y bajo su gestión se realizó el Teatro de la Fundación. Además, asesoró a la congregación del Colegio Nuestra Señora del Huerto para la realización de su teatro.
En 2016, Subirana recibió un premio a la trayectoria otorgado por una asociación norteamericana que aglutina a magos e ilusionistas de todo el mundo.
Se trata de el premio Excalibir, otorgado por la Orden de Merlín debido al valioso aporte que Piuman realizó al mundo del ilusionismo.
Por su parte, también el año pasado, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta le otorgó el Reconocimiento al Mérito por su trabajo en la promoción de la cultura, la música y la magia en la provincia.
Don Bosco, el mago santo
El 31 de enero se festeja del Día del Mago, en conmemoración del fallecimiento de San Juan Bosco, sacerdote italiano fundador de los salesianos.
Don Bosco (1815-1888) nació en Castelnuevo D'Asti, una aldea del norte de Italia. Pasó su niñez en la más absoluta pobreza. Se entretenía con juegos de malabares y espectáculos de magia.
Como sacerdote, logró atraer a miles de jóvenes con sus dotes de ilusionista y malabarista. Combinó sus enseñanzas con juegos de magia y otros entretenimientos. Creó patronatos y escuelas de oficios para que pudiesen salir adelante.
Es también el patrono de los jóvenes, cineastas, actores, gente del circo y afines.