El próximo jueves se cumplirán 26 años del fallecimiento de Roberto Romero, una figura cuya proyección histórica reconocen hoy todos los salteños.
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El próximo jueves se cumplirán 26 años del fallecimiento de Roberto Romero, una figura cuya proyección histórica reconocen hoy todos los salteños.
Su familia, sus amigos y el grupo Horizontes le rendirán homenaje en la planta editorial de Limache, en un acto público que se realizará ese día a las 9.30.
Romero es recordado como el gobernador que asumió en 1983, luego de la dictadura, cuando el país y la provincia vivían momentos de efervescencia democrática.
Su desempeño en esa tarea lo mostró como un gobernante amplio, tolerante, convencido de que la vida política se construye con diálogos, con disensos y con un compromiso de todos con la Nación y la provincia. Por eso convocó para cargos fundamentales en los tres poderes del Estado a correligionarios y a adversarios.
Por eso, también, evitó la reelección, porque no creía que fuera bueno eternizarse en el poder.
Como gobernador, Roberto Romero puso al servicio de la provincia su experiencia de vida.
Conocedor como pocos de los barrios de Salta, que había conocido en su adolescencia cuando los recorría como vendedor, tuvo una inigualable sensibilidad por los problemas de los sectores más vulnerables de la sociedad.
En su trayectoria como empresario, Romero demostró su convicción y su fe en el trabajo, la inversión y la empresa productiva.
Muy joven, se convirtió en el corazón y el pulmón de El Tribuno en cuya gestión administrativa y periodística supo siempre delegar responsabilidades en excelentes profesionales, hasta convertir al diario en uno de los más modernos y pujantes del interior del país.
Al mismo tiempo, desarrolló Horizontes SA para convertirla en empresa líder en varios rubros. Fiel a esa mirada dinámica y progresista, como empresario y como gobernador apostó al agro, a la minería y al turismo como motores de la economía y el desarrollo.
La evocación a Roberto Romero se asocia espontáneamente con la de un hombre de pueblo, un empresario brillante y un gobernador cuya meta fue que todos los salteños vivieran mejor.