Mientras algunas personas y multinacionales destruyen el ecosistema, hay otros que se ocupan de su cuidado en todos sus aspectos.
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Mientras algunas personas y multinacionales destruyen el ecosistema, hay otros que se ocupan de su cuidado en todos sus aspectos.
"Ya jubilados decidimos asumir un voluntariado divulgador que se presenta como un aporte a la educación no formal y declara compartir los propósitos de organizaciones conservacionistas", sostiene la familia Gómez-Koehle, propietaria del Parque Árbol Nativo de Copo Quile.
La reserva natural será presentada en sociedad hoy, a partir de las 10. Habrá un recorrido por el predio ubicado en la ruta nacional 34, en el kilómetro 933, cerca del cruce con la ruta provincial 31, camino a La Almona. Posteriormente se hará una conferencia de prensa en la sede administrativa del parque, en Antillas.
"Queremos contar nuestra historia. Es una presentación en sociedad de nuestro Parque Árbol Nativo que tenemos desde hace 28 años, pero recién ahora se oficializa porque nos costó obtener la propiedad de la tierra y no fue fácil. Recién ahora obtuvimos las escrituras de dos hectáreas y cuarto que nos quedaron de lo que habíamos comprado legítimamente", dijo la propietaria del lugar, Carmen Koehle, a El Tribuno.
"Nuestro objetivo es difundir la conciencia del medio ambiente y el cuidado de nuestro planeta tierra, que es nuestra única casa, la que compartimos los seres humanos junto con los otros seres vivientes que son los animales y las plantas. Es nuestro ideal y tratamos de transmitirlo a los más jóvenes para expresar la conciencia", destacó.
Señaló que resulta fundamental difundir el cuidado del aire, el agua y la tierra.
La pareja de docentes, luego de ganar el concurso respectivo, se trasladó a la 2ª sección del departamento de Rosario de la Frontera, como directivos de un colegio secundario. Llegaron con su familia numerosa, con 8 hijos, entre niños y adolescentes.
Provenían de otro ecosistema (Campo Quijano), decidieron afincarse en la zona y conocer el nuevo hábitat Chaco semiárido. El padre, Juan Carlos Gómez, fue tomando cursos con el INTA y materiales impresos de la Fundación Miguel Lillo.
Compraron una fracción de tierra en Copo Quile en 1990. A partir de la cual, el aprendizaje familiar se vio potenciado incluso con "experiencias de colonos", por escasez de recursos económicos.