El monumento al general Juan Antonio Álvarez de Arenales está otra vez tapado por excrementos de palomas, mientras la plaza 9 de Julio fue testigo estos días del paso de miles de peregrinos que llegaron al centro de la ciudad de Salta durante la festividad del Señor y de la Virgen del Milagro.
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El monumento al general Juan Antonio Álvarez de Arenales está otra vez tapado por excrementos de palomas, mientras la plaza 9 de Julio fue testigo estos días del paso de miles de peregrinos que llegaron al centro de la ciudad de Salta durante la festividad del Señor y de la Virgen del Milagro.
Muchas decenas de aves aprovechan la visión panorámica que les brinda la escultura y los pochoclos que les dan los paseantes en el espacio verde más céntrico de la ciudad. Mientras tanto, funcionarios de la Municipalidad y de la Provincia de Salta se tiran la pelota entre sí para no hacerse cargo de la limpieza de este monumento que el año próximo cumplirá los 100 años.
"El monumento está administrado hace tiempo por la comisión del casco histórico, que se encarga de la luminaria y del mantenimiento general. Ahora se está haciendo en forma mixta, pero la idea es que el municipio con toda la potestad sea el encargado", manifestó Jorge Nieto, director General de Patrimonio Social y Cultural de la Municipalidad, que depende de la Subsecretaría de Planificación y Control Urbano.
Nieto justificó la inacción del municipio por un "solapamiento de incumbencias": "Creo que los responsables a nivel patrimonial tratamos de coordinar, pero todavía están esos solapamientos de las incumbencias. Ahora se está coordinando entre los distintos entes".
"La Municipalidad trabajó en esto (limpieza del monumento). Estaba el proyecto de sacar las palomas. Es un tema muy complicado con muchos intereses. Nunca se llegó a una solución de éxito", enunció, aunque admitió: "Hay cosas que se escapan".
El funcionario municipal aseguró que el excremento de las palomas es muy tóxico y muy dañino, pero manifestó que esto se debe a "una cuestión de conducta cultural". "Pasar por el centro de la plaza es casi imposible por las palomas", admitió.
Las culpas
Desde el Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte de la Provincia aseguraron que "el casco histórico siempre dependió de la Municipalidad". Desde la Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta (Copaups) también derivaron el tema también al municipio.
La Ordenanza 14.670, del año 2013, crea "el Área de Preservación del Patrimonio Cultural y Natural de la ciudad de Salta, que, como organismo técnico permanente, tendrá como función principal, la realización de acciones que tiendan a la protección, preservación y valorización de los sitios y monumentos históricos emplazados en esta ciudad". La autoridad de aplicación de esta normativa es la Secretaría de Obras Públicas y Planificación Urbana de la comuna.
Nieto, cuya dirección depende de esta Secretaría señaló: "La ordenanza 14.670 del año 2013 dice que la Municipalidad tiene la potestad en el manejo y gestión de todos los edificios patrimoniales que están en el ámbito de la ciudad de Salta. Antes de eso se encargaba Provincia. El municipio debe administrar todos los inmuebles que están dentro de su ámbito. Que nosotros articulemos con Provincia, con Nación y con Unesco es muy bueno pero los municipios son los dueños y los gestores de su patrimonio".
Declaratoria con demora
A fines de abril de este año este medio publicó una nota sobre la inminente declaración del monumento a Arenales y de otras cuatro esculturas como monumentos históricos nacionales. Se trata de una iniciativa de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, que aún no se concretó. El Tribuno quiso indagar sobre la causa de esta demora, pero no obtuvo una respuesta hasta el cierre de esta nota.
Al respecto, expresó Nieto: "Estamos trabajando en las declaratorias con la Comisión Nacional. Yo insisto en que los edificios primero tienen que declararse a nivel local y después a nivel nacional".