En el norte de la provincia la Policía investiga una nueva violación que se habría perpetrado contra una niña de solo 12 años. Averiguaciones realizadas por El Tribuno indicaron que el hecho fue denunciado por una docente perteneciente a una de las tantas escuelas rurales del norte provincial. Después de sufrir el aberrante hecho la menor corrió hasta el establecimiento escolar y le contó a la maestra, con lo cual se radicó la denuncia. Minutos después, y al enterarse de lo ocurrido, pobladores de una de las comunidades involucradas se dirigieron hasta la casa del presunto violador e intentaron lincharlo.
inicia sesión o regístrate.
En el norte de la provincia la Policía investiga una nueva violación que se habría perpetrado contra una niña de solo 12 años. Averiguaciones realizadas por El Tribuno indicaron que el hecho fue denunciado por una docente perteneciente a una de las tantas escuelas rurales del norte provincial. Después de sufrir el aberrante hecho la menor corrió hasta el establecimiento escolar y le contó a la maestra, con lo cual se radicó la denuncia. Minutos después, y al enterarse de lo ocurrido, pobladores de una de las comunidades involucradas se dirigieron hasta la casa del presunto violador e intentaron lincharlo.
Enardecida, la gente oriunda de la comunidad Sachapera, a donde pertenece la niña víctima de una supuesta violación, se enteró de lo ocurrido y se dirigió hasta el domicilio del sospechoso, quien según fuentes investigativas pertenece a la comunidad Lapacho II. Tras llegar al lugar, indicaron que eran unas 100 personas, comenzaron a gritar y arrojar piedras a la vivienda donde el hombre sospechado posee una bicicletería. Entre las 10 y 10.30 la tensión se mantuvo y fue subiendo a medida que pasaron los minutos.
De los insultos y las piedras alguien rompió el hielo y fue más allá, se dirigió al interior de la humilde casa para buscar directamente al sujeto. En ese momento llegaron tres móviles policiales y lograron rescatar al acusado de las manos de los aborígenes quienes intentaron lincharlo haciendo justicia por mano propia. Graves acusaciones pesaban en su contra, nada menos que la de haber violado a una niña de 12 años, con lo cual los uniformados optaron por llevarse al acusado a la comisaría 42 de Tartagal. Lejos de apaciguar los ánimos, la indignación y la furia de los aborígenes siguió latente. En horas del mediodía, la horda de personas entre wichis y tobas volvió al lugar donde vive el sindicado violador, quien según las fuentes es un férreo consumidor de sustancias prohibidas, esta vez con intenciones de quemar la casa. Se metieron en el interior de la vivienda y mientras algunos sacaban las cosas afuera otros las iban quemando, cuando se disponían a incendiar el lugar llegaron nuevamente los uniformados para evitarlo. Una dotación de bomberos voluntarios se encargó de apagar un principio de incendio.
El hecho
Como todos los días la niña de 12 años, víctima de una supuesta violación, salió de su casa en la comunidad Sachapera con dirección a la escuela, ubicada en la comunidad Lapacho II. En medio del trayecto la menor cruzó una cancha de fútbol, escenario que divide ambas comunidades, lugar donde fue interceptada por uno o dos hombres quienes la habrían violado.