Los jueces del tribunal colegiado que condenaron a Federico Condorí a 23 años de prisión por el homicidio de Cintia Fernández dieron a conocer los fundamentos de la sentencia. Como respuesta al dictamen los familiares y amigos del expolicía realizaron anoche una marcha en la plaza 9 de Julio para exigir la revisión del caso por considerar que es inocente. En las 142 páginas del escrito, los jueces Norma Vera, Roberto Lezcano y Paola Marocco, consignan los pormenores de los testimonios vertidos en el juicio que se desarrolló entre el 13 y 28 de mayo. Hacen hincapié en la actitud asumida por Condorí con posterioridad a la muerte de Cintia ocurrida a fines de abril de 2011. Sostienen que el expolicía no solo denotó una total indiferencia ante el deceso de la joven, sino un absoluto desprecio por la vida. Además precisan que evidenció su culpabilidad con actos que develaron sus ingentes esfuerzos por lograr la impunidad, tales como la manipulación del cuerpo de la víctima y la escena del crimen, como así "la inapropiada y cobarde utilización de detalles de la vida íntima de Cintia". A juicio de los magistrados, el condenado logró su cometido por el particular estado de vulnerabilidad de la joven y por la confianza que ella depositó en Condorí quien, "sin reparo alguno desvirtuó y manipuló su contenido, dejando traducir una absoluta falta de arrepentimiento".
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Los jueces del tribunal colegiado que condenaron a Federico Condorí a 23 años de prisión por el homicidio de Cintia Fernández dieron a conocer los fundamentos de la sentencia. Como respuesta al dictamen los familiares y amigos del expolicía realizaron anoche una marcha en la plaza 9 de Julio para exigir la revisión del caso por considerar que es inocente. En las 142 páginas del escrito, los jueces Norma Vera, Roberto Lezcano y Paola Marocco, consignan los pormenores de los testimonios vertidos en el juicio que se desarrolló entre el 13 y 28 de mayo. Hacen hincapié en la actitud asumida por Condorí con posterioridad a la muerte de Cintia ocurrida a fines de abril de 2011. Sostienen que el expolicía no solo denotó una total indiferencia ante el deceso de la joven, sino un absoluto desprecio por la vida. Además precisan que evidenció su culpabilidad con actos que develaron sus ingentes esfuerzos por lograr la impunidad, tales como la manipulación del cuerpo de la víctima y la escena del crimen, como así "la inapropiada y cobarde utilización de detalles de la vida íntima de Cintia". A juicio de los magistrados, el condenado logró su cometido por el particular estado de vulnerabilidad de la joven y por la confianza que ella depositó en Condorí quien, "sin reparo alguno desvirtuó y manipuló su contenido, dejando traducir una absoluta falta de arrepentimiento".
También el tribunal le atribuyó especial importancia a los testimonios de los vecinos de Cintia en el complejo habitación de Parque La Vega, quienes lo vieron merodear el lugar en los hechos. Dijeron que el hombre frecuentaba con asiduidad el departamento de la chica, con la que mantenía una relación sentimental a la que ella puso fin en los días previos y eso habría sido el desencadenante del crimen. Los jueces dieron por probado los dichos de Cintia a su entorno acerca de la actitud controladora de Condorí y que formalizar una relación duradera con él no estaba incluido en su proyecto de vida. Esto explicaría que la mató por celos. Además calificaron de fundamental los dichos de los vecinos Valdiviezo y Genovese, al considerar que merecen "ser individualmente ponderados como coherentes, sostenidos, firmes y sinceros".