Coparticipaciones devaluadas, incrementos salariales, baja recaudación, suba de los costos fijos, paralización de obras y una creciente demanda de servicios y de asistencia social, son solo algunas de las complicaciones que deberán enfrentar los futuros intendentes salteños. El panorama se presenta en extremo complicado y no da lugar a improvisaciones.
Es así, que el sillón de jefe comunal, para quienes conocen de administración pública, se torna poco apetecible si se piensa en una gestión “tranquila”. Tanto, que muchos tradicionales candidatos declinaron en sus intentos de dar pelea por alcanzar un lugar en los ejecutivos municipales, inclinándose hacia cargos legislativos, alejados del vértigo de las casas comunales y de sus constantes urgencias.
Vale la pena poner de relieve, que las casas municipales suelen ser la caja de resonancia de los devenires políticos y económicos y el fusible del malestar social, porque están en la primera línea, en contacto directo con la piel de los vecinos.
Prudencia, experiencia, dedicación, apertura, integración, innovación y hasta talento personal deberán tener los futuros mandatarios locales, para transitar por el delgado sendero de un futuro que para muchos analistas políticos y económicos será “muy delicado”.
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Coparticipaciones devaluadas, incrementos salariales, baja recaudación, suba de los costos fijos, paralización de obras y una creciente demanda de servicios y de asistencia social, son solo algunas de las complicaciones que deberán enfrentar los futuros intendentes salteños. El panorama se presenta en extremo complicado y no da lugar a improvisaciones.
Es así, que el sillón de jefe comunal, para quienes conocen de administración pública, se torna poco apetecible si se piensa en una gestión “tranquila”. Tanto, que muchos tradicionales candidatos declinaron en sus intentos de dar pelea por alcanzar un lugar en los ejecutivos municipales, inclinándose hacia cargos legislativos, alejados del vértigo de las casas comunales y de sus constantes urgencias.
Vale la pena poner de relieve, que las casas municipales suelen ser la caja de resonancia de los devenires políticos y económicos y el fusible del malestar social, porque están en la primera línea, en contacto directo con la piel de los vecinos.
Prudencia, experiencia, dedicación, apertura, integración, innovación y hasta talento personal deberán tener los futuros mandatarios locales, para transitar por el delgado sendero de un futuro que para muchos analistas políticos y económicos será “muy delicado”.