A pesar de haber acumulado en pocas semanas una serie de denuncias por abusos sexuales seriales en contra de niñas del macrocentro, la noche del domingo Santiago Zelarayán volvió a atacar a una nena de 7 años, está vez con vehemencia, según lo relatado por un testigo.
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A pesar de haber acumulado en pocas semanas una serie de denuncias por abusos sexuales seriales en contra de niñas del macrocentro, la noche del domingo Santiago Zelarayán volvió a atacar a una nena de 7 años, está vez con vehemencia, según lo relatado por un testigo.
Anoche se informó que se abstuvo de declarar, pero fue imputado como autor del delito de abuso sexual simple (9 hechos).
El último ataque del sujeto fue observado por un hombre, quien no dudó ni un momento en salir en busca del delincuente, el que tras correr algunas cuadras se refugió en una residencia del macrocentro.
Las redes sociales volvieron a estallar, porque es la tercera o cuarta vez que se enciende el alarma, por los mismos delitos y en contra de nenas o preadolescentes.
En pocas horas una turba de vecinos se dieron cita en el domicilio del impresentable ciudadano y tras la denuncia de rigor comenzó lentamente la Justicia a dar pasos para poner fin a las andanzas incalificables y seriales de un hombre al que ya todos conocen, pero que actuaba con llamativa impunidad y protección.
La presión vecinal hizo que en horas de la madrugada de ayer, efectivos policiales lo detuvieran.
El joven de 36 años otra vez fue acusado de abusar sexualmente de una niña en la vía pública.
La indignación de decenas de personas no es menor ya que el desagradable sujeto que merodea la zona oeste del macrocentro de la ciudad capital registra en total nueve denuncias por hechos de similares características, y esa cifra muestra algo anormal en el funcionamiento de la Justicia, dada la peligrosidad y lo serial de su comportamiento.
El ataque sexual denunciado en la madrugada de ayer hizo que finalmente la fiscal Flores Toranzos solicitara al Juzgado de Garantías interviniente, la prisión preventiva del detenido, que fue sacado bajo una estricta y fuerte custodia policial que seguramente evitó que fuera castigado in situ, ya que en la puerta de su domicilio se hallaban decenas de personas enardecidas, entre ellas familiares o conocidos de su última víctima.
Las actuaciones penales, señaló una fuente judicial, serán giradas a la Fiscalía Penal 1 de la UDIS, a cargo de Sergio Federico Obeid, donde tramitan algunas de las causas.
Respecto a la salud mental del acusado, la fiscal explicó que pese a que en una de las actuaciones cita algún padecimiento, se solicitará la realización de estudios médicos para verificar su estado.
Ayer en horas de la noche un grupo de vecinos se dirigió hacia la vivienda del joven para realizar un escrache. Con aplausos, y bocinazos exigieron su detención. "Estamos hartos. Todo el barrio está cansado de este degenerado", dijo una mujer que filmó el escrache y lo compartió en Facebook.
Hace pocas semanas El Tribuno publicó la detención de este sujeto, y un pormenorizado relato de un ataque sexual a una menor de edad que caminaba junto a su prima.
Aquella vez el sujeto salió esposado en la caja de una camioneta policial desde la comisaría 5, días después ya en libertad volvió a atacar a una adolescente y la serie parece nunca acabar, tal como la indignación general y la paciencia urbana.
En las redes sociales también se compartieron fotografías del sujeto para dar a conocer la identidad de una persona, según relataron vecinos, que atemorizaba a todo el barrio y sobre la que pesan varias denuncias.
"Desde hace mucho tiempo que sabemos lo que es este tipo. Esta persona no puede estar en libertad", relató una vecina.
Los vecinos mostraron en la madrugada que esperan una respuesta acorde, esta vez.
Muy peligroso
El sujeto será evaluado psicológicamente. La gente espera justicia.
Testigos fueron claros.
“El sujeto encerró a la nena contra la pared y empezó a abusar de ella”...
El relato es demasiado crudo pero desde ese instante otra vez la persecución del depravado, otra vez las denuncias, otra vez la misma historia.
Después de llamar al 911, los vecinos debieron custodiar la casa de Zelarayán para que el sujeto no huya nuevamente y esperar un dictamen fiscal.
La cantidad de vecinos que reclamaron poner fin al comportamiento del sujeto y la cantidad de hechos que se le endilgan al detenido son la muestra de que el barrio estaba a merced de un hombre que ataca de manera serial a las niñas.