Con el título “Sin lugar para morir”, el noticiero Telenoche realizó un informe sobre el peligro que representa la ampliación del cementerio para personas que murieron por COVID-19. El Tribuno realizó varias notas al respecto, desde un alerta que llegó a esta redacción por parte de un lector vecino de la zona, donde los malos olores por el improvisado campo santo, ya estaban afectando a todo ese sector del poblado.
El terreno, que es propenso a inundarse, fue cubierto a la vuelta con lonas ya que se encuentra muy pegado a algunas casas de familias que viven en el lugar desde hace más de 20 años.
El Tribuno viene mostrando esta situación desde hace diez días, cuando se inició la queja frente a las tumbas improvisadas que se cavaron en el lugar.
En la nota del noticiero de Canal 13 los vecinos también explicaron la difícil situación que atraviesan y que vienen denunciando desde hace días, ya que no solo se trata del olor nauseabundo que sale del lugar, sino también del peligro ambiental que representan dichos entierros.
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Con el título “Sin lugar para morir”, el noticiero Telenoche realizó un informe sobre el peligro que representa la ampliación del cementerio para personas que murieron por COVID-19. El Tribuno realizó varias notas al respecto, desde un alerta que llegó a esta redacción por parte de un lector vecino de la zona, donde los malos olores por el improvisado campo santo, ya estaban afectando a todo ese sector del poblado.
El terreno, que es propenso a inundarse, fue cubierto a la vuelta con lonas ya que se encuentra muy pegado a algunas casas de familias que viven en el lugar desde hace más de 20 años.
El Tribuno viene mostrando esta situación desde hace diez días, cuando se inició la queja frente a las tumbas improvisadas que se cavaron en el lugar.
En la nota del noticiero de Canal 13 los vecinos también explicaron la difícil situación que atraviesan y que vienen denunciando desde hace días, ya que no solo se trata del olor nauseabundo que sale del lugar, sino también del peligro ambiental que representan dichos entierros.
El informe televisivo registró, tal cual los informes de diario El Tribuno, cómo las lonas separan las fosas de los fallecidos por COVID-19 del patio de una de las casas. Y familias enteras lamentando esta preocupante situación.
Los vecinos ratificaron ante las cámaras de la televisión nacional que solo removieron la tierra y que las tumbas representan un foco infeccioso. “No es el lugar apropiado, no se hizo ningún estudio ambiental”, dijeron.
La intendenta Yolanda Vega también habló en el informe y explicó que el terreno fue expropiado hace diez años para ampliar el cementerio de la ciudad cerrillana. En el medio existe ahora una disputa legal con la supuesta dueña de esas tierras.
En la nota se hizo hincapié también sobre el impacto ambiental y las consecuencias que esto puede acarrear.
El periodista Nelson Castro, por su parte, también se refirió al tema y recordó un caso similar ocurrido en Vicente López, en Buenos Aires. “Ustedes recuerden que un personal de una funeraria falleció como consecuencia de haber estado en contacto con un cuerpo de COVID, cadáveres mal manejados. Representan un verdadero peligro, estos cadáveres deben ser cremados sí o sí”, manifestó.
La tormenta de anoche
A cinco cuadras de la plaza principal de Cerrillos, entre los humildes barrios San José y Evita, la intendente Yolanda Vega decidió instalar lo que denominó una “ampliación” del colapsado cementerio que data de 1880, pero en una propiedad que es privada y con el agravante de que tiene estudios de factibilidad negativos por ser un terreno completamente inundable.
La fuerte tormenta registrada anoche en la zona hizo temer a los pobladores del lugar que una verdadera pesadilla, cual película de terror, se cumpliera y dejara al descubierto los féretros, ya que se trata de una zona inundable y al pie de una pendiente constituida por los cerros ubicados hacia el Este de la localidad.
El flamante cementerio que se encuentra en un predio colindante con el cementerio viejo, detrás de la sala municipal de velatorios, entre los barrios San José y Evita, está cercado por lonas blancas y ya tiene sepultadas al menos a siete personas. Los vecinos, que muchos viven a un metro de este predio, levantaron encendidas quejas por tanta improvisación y por la falta de planificación urbana que termina armando vecindades poco coherentes entre los vivos y los muertos. Muchos sienten que con esta instalación, literalmente les arruinaron la vida.
Lo último que se sabía del terreno en cuestión es que era parte de una sucesión de la familia Velarde. Cuando era senador el fallecido Alfredo “Pucho” Jorge, había presentado un proyecto de expropiación, pero la familia Velarde interpuso un juicio y la expropiación no avanzó. Sin embargo la comuna lo está utilizando ahora para enterrar muertos por coronavirus porque el viejo cementerio ya no tiene ni un solo nicho libre.