El oficial David Torres, imputado por el falso procedimiento montado en abril pasado por integrantes de la División Antidrogas de la Policía Federal de Orán, enfrenta un juicio en el Tribunal Oral Federal 1.
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El oficial David Torres, imputado por el falso procedimiento montado en abril pasado por integrantes de la División Antidrogas de la Policía Federal de Orán, enfrenta un juicio en el Tribunal Oral Federal 1.
Mientras tres de sus cómplices ya fueron condenados, mediantes acuerdos plenos que derivaron en penas de 2 a 3 años de prisión, Torres, sindicado como uno de los cerebros de la maniobra está siendo juzgado en el Tribunal Oral Federal 1 por el delito de concusión, cuya pena asciende a 6 años de prisión, a lo que se suma la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos.
El debate es presidido por la jueza Marta Snopek junto a los vocales Federico Díaz y Marcelo Juárez Almaraz, mientras que la acusación en el juicio la lleva adelante el fiscal federal, Eduardo José Villalba, en representación de la Procunar NOA.
Torres, representado por un abogado particular, aún no prestó declaración.
En las audiencias previas, el tribunal escuchó ya a varios testigos, algunos de los cuales declararon por vía remota respecto a la investigación y el falso procedimiento montado el 9 de abril pasado en Orán, oportunidad en que los efectivos se apoderaron de una cantidad de 53 kilos de hojas de coca y una suma de 50 mil pesos de un comerciante.
El objetivo de los policías apuntaba a proveerse de mercadería para dirigir, en plena pandemia y dada la fuerte demanda por las estrictas medidas de circulación, su propio negocio a partir de la venta de hojas de coca en la región, ya que el kilo del producto llegó a rondar los 16 mil pesos.
De acuerdo a la acusación, estos policías el 6 de abril se contactaron con Raúl Argañaráz, conocido comerciante y vendedor de hojas de coca de Orán, quien había subido algunas ofertas del producto a las redes sociales.
Haciéndose llamar "Willy Rueda", el policía acordó una visita, oportunidad en la que solicitó comprar 15 kilos de hojas de coca, cantidad que Argañaráz no tenía en ese momento, aunque ello no fue un problema puesto que el objetivo consistía en iniciar una relación con el comerciante.
Posteriormente, y con ese objetivo le solicitaron 130 kilos del producto, pero dada la escasez la operación se acordó en 60 kilos, valuados en una suma de poco más de 200 mil pesos.
La transacción terminó con un secuestro trucho.