Matías Guaymás es enfermero, tuvo COVID-19 y fue el primer salteño que se vacunó en la provincia, ayer a la mañana. A los pocos minutos ya estaba trabajando para colocarles las dosis de sus compañeros que trabajan en el sistema de salud. El hombre simbólico de la jornada que será recordada como el principio del final de la pandemia dialogó con El Tribuno en medio de una carrera local contra la temida "segunda ola". Consultado sobre las dudas que plantean algunos sectores sobre la efectividad de la vacuna rusa, respondió que los posibles efectos adversos son "muy pocos" y que los preferiría "mil veces" antes que volver a contagiarse.
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Matías Guaymás es enfermero, tuvo COVID-19 y fue el primer salteño que se vacunó en la provincia, ayer a la mañana. A los pocos minutos ya estaba trabajando para colocarles las dosis de sus compañeros que trabajan en el sistema de salud. El hombre simbólico de la jornada que será recordada como el principio del final de la pandemia dialogó con El Tribuno en medio de una carrera local contra la temida "segunda ola". Consultado sobre las dudas que plantean algunos sectores sobre la efectividad de la vacuna rusa, respondió que los posibles efectos adversos son "muy pocos" y que los preferiría "mil veces" antes que volver a contagiarse.
El profesional ocupa el cargo de coordinador de enfermería en el centro especializado que se montó este año en donde hasta hace poco había un espacio para importantes eventos y convenciones, en Limache, al sur de la ciudad.
Matías Guaymás tuvo que salir sin pérdida de tiempo, tras vacunarse en el Centro Cívico Grand Bourg y saludar al gobernador Gustavo Sáenz, hacia el Centro de Convenciones de Limache a comenzar con la vacunación contra la COVID-19 para el personal sanitario de Salta.
Matías tiene 35 años y destilaba emoción colectiva al hablar por lo que consideró "un día histórico" tras haber sido parte de esta batalla contra lo desconocido y las palabras le salen con cicatrices.
Sobre los miedos, rumores y cuestionamientos que surgieron sobre la vacuna rusa que se está colocando en Argentina, respondió: "Muchos hablan de los efectos adversos, pero hay muchas cosas que no saben. No estuvieron en la primera línea de lucha contra el coronavirus y no saben lo que les hace a las personas. No saben lo que es ver que se muera la gente en tus manos y que en muchos casos sean tus compañeros. No saben en carne propia lo que hace la enfermedad. Nosotros lo sabemos y por eso yo digo que prefiero mil veces los efectos adversos, que son muy pocos, a tener que enfrentar nuevamente la enfermedad".
Tras recibir su dosis, recordó las distintas etapas que se vivieron en el sistema de salud. "Yo tengo una alegría que no sé cómo explicar. Es una satisfacción tan grande por esta esperanza que tenemos. Es una nueva herramienta. Hemos probado tantas cosas... Primero no sabíamos qué hacer y utilizamos el plasma, que con algunos funcionaban y con otros no. Luego, el ibuprofeno y lo mismo. Cada organismo es distinto y nada era definitivo. Todo fue tan complicado e intenso... Yo vi a mucha gente morir, a muchos compañeros entre ellos", dijo el enfermero, que estuvo al principio en el hospital Juan Domingo Perón, de la ciudad de Tartagal, nosocomio donde se vivieron momentos críticos por la avanzada de la enfermedad.
"Julio y agosto fueron dos meses en el infierno. Nos golpearon de frente, nos llevaron puestos, no sabíamos qué hacer. No descansábamos, no dormíamos, no sabíamos si volvíamos a casa, fue una pesadilla que se vivía todo el día", dijo el enfermero, que se contagió en agosto y llora por su hija de ocho años cada vez que lo recuerda.
"Yo no le dije nada a mi hija porque ella se preocupaba mucho por mí. La pude pasar y sin descanso volví al trabajo, fue muy intenso", explicó.
Zonas de riesgo
El Comité Operativo de Emergencia (COE) se reunió para analizar la situación epidemiológica de la provincia y las diferentes medidas de prevención vigentes.
El jefe de la Sala de Situación, Miguel Astudillo, informó que se actualizó el mapa de las zonas epidemiológicas en Salta, por lo que los departamentos que quedan en zona roja son Cafayate, Chicoana, Metán y Orán, ya que continúan con transmisión comunitaria sostenida del virus SARS-COV2, es decir, con alto riesgo de contagios. Anta, Cachi, Molinos y San Carlos están en zona amarilla, y el resto de la provincia, en verde.
El COE también decidió mantener la limitación en los horarios de atención en restaurantes, teatros, comercios, centros comerciales y gimnasios. También siguen prohibidas las reuniones y eventos sociales en lugares cerrados. Desde el COE apelaron nuevamente a la responsabilidad social.