Un exmilitar condenado por delitos de lesa humanidad en Mendoza obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria por ser paciente de riesgo del coronavirus, pero solo estuvo fuera de la cárcel algunas horas. La Justicia le revocó el beneficio cuando descubrieron que había organizado una fiesta de disfraces en la casa donde debía cumplir el arresto.
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Un exmilitar condenado por delitos de lesa humanidad en Mendoza obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria por ser paciente de riesgo del coronavirus, pero solo estuvo fuera de la cárcel algunas horas. La Justicia le revocó el beneficio cuando descubrieron que había organizado una fiesta de disfraces en la casa donde debía cumplir el arresto.
Se trata de Segundo Héctor Carabajal, de 73 años, quien fue condenado a 10 años de prisión en marzo de 2019 como entregador de la nieta restituida 117. La víctima es nieta de María de Domínguez, titular de Madres de Plaza de Mayo en esa provincia y fue ella justamente una de las personas que recibió en su WhatsApp el video del apropiador de fiesta en plena cuarentena por la pandemia.
“En el video se observa a Carabajal con un sombrero rojo y un antifaz colocados. Todos los que participan del video están disfrazados y bailando y se observan luces como si se tratara de una celebración de algún tipo”, indica la resolución del Tribunal Oral Federal de Mendoza I, al fundamentar su decisión de que el exmilitar volviera a la cárcel.
El polémico evento tuvo lugar el 13 de abril pasado y en las imágenes que se viralizaron se puede ver a Carabajal, a uno de sus hijos y sus tres nietas. Entonces, los jueces resolvieron: “El causante ha quebrantado las normas impuestas por la normativa legal vigente para la sociedad toda a fin de regular el comportamiento exigido durante la emergencia”, se indicó.
El exmilitar se desempeñaba como un agente con prestación de servicios en el Departamento de Inteligencia 144. La Justicia lo condenó por haber entregado a la nieta restituida Claudia Domínguez Castro durante la última dictadura.