Unas 130 familias se retiraron ayer de las tierras privadas que habían tomado de forma ilegal hace más de 10 días, en el inicio de la ruta 21, camino a San Agustín, en la zona sur de la ciudad.
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Unas 130 familias se retiraron ayer de las tierras privadas que habían tomado de forma ilegal hace más de 10 días, en el inicio de la ruta 21, camino a San Agustín, en la zona sur de la ciudad.
Los terrenos privados en donde se asentaron las personas ocupan una superficie de unas 7 hectáreas. Tras las denuncias de los propietarios intervinieron el fiscal penal 3, Pablo Paz, y el juez Antonio Pastrana, quien había dado plazo hasta ayer a las 18 para que las tierras sean desocupadas.
En medio de un operativo policial, las familias dejaron las tierras. Para evitar nuevas ocupaciones ilegales, hay un vallado y una custodia policial permanente.
Pasadas las 18 quedaban unas pocas personas en el lugar. De acuerdo a lo que se informó, unas seis familias iban a ser trasladadas al Legado Güemes, ya que no tenían donde quedarse. Allí se las alojaría por una semana. Eran muchos los niños que formaban parte de este grupo.
Días pasados se conocieron distintos mensajes de Whatsapp, donde se observaba cómo se organizaba la toma. Además, políticos y organizaciones sociales les dieron apoyo a los asentados.
Desde que comenzó el año hubo 40 intentos de toma de tierras en toda la provincia en las últimas semanas, 10 en la ciudad, de acuerdo a lo que informó el Ministerio de Seguridad.
La movida fue tal que desde la Policía de la Provincia se dispuso un operativo de 600 efectivos para resguardar distintos lugares.
Natalia Yapura es una delegada del grupo de personas que se asentó en las tierras privadas al costado de la ruta 21. Ella aseguró ayer que dejaron las tierras por la orden judicial, al tiempo que contó que esta semana tratarán de tener contacto con funcionarios del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV).
La otra toma
De acuerdo a lo que se conoció, el asentamiento ilegal que permanece es el que armó un numeroso grupo en un espacio verde de barrio Calixto Gauna, colindante con San Remo.
En este sector, que también está vallado, se puede ver cómo personas están apostadas en los extremos. Ellas tienen listas y anotan a quienes pueden entrar y salir. Aquí sí se ve la mano de organizaciones que prepararon esta toma y ahora la mantienen en pie. Hasta hay personas que les llevan la comida a diario a los que ocuparon las tierras.