El intendente de Tolar Grande, Sergio Villanueva, reiteró el aislamiento casi total impuesto en su pueblo por temor a que se produzcan casos de coronavirus entre sus habitantes.
Lo que pasa es que los vecinos de este alejado paraje de la Puna salteña tienen temor de que se puedan filtrar desde Olacapato hacia Tolar gente contagiada, que haya tenido a su vez contactos con mineros enfermos que trabajan en la mina de Exar, radicada en Cauchari, provincia de Jujuy.
Por eso, dijo Villanueva, los agentes del COE local “pedirán PCR negativo a todos los viajeros y obligarán a aislarse a todo aquel que llegue a Tolar. Será por cinco días como mínimo en el propio pueblo, aunque tengan permisos de circulación y exhiban un análisis de PCR negativo.
Claro, la principal preocupación es el recorrido de la ruta provincial 27, que conecta Tolar Grande con Olacapato, luego de recorrer unos 100 kilómetros y de aquí a San Antonio de los Cobres, distante a otros 60 kilómetros. El tema es la falta natural de controles viales en estos parajes de los cerros y la existencia de innumerables caminos alternativos en toda esa zona de la Puna, que los vaquianos conocen como la palma de su mano.
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El intendente de Tolar Grande, Sergio Villanueva, reiteró el aislamiento casi total impuesto en su pueblo por temor a que se produzcan casos de coronavirus entre sus habitantes.
Lo que pasa es que los vecinos de este alejado paraje de la Puna salteña tienen temor de que se puedan filtrar desde Olacapato hacia Tolar gente contagiada, que haya tenido a su vez contactos con mineros enfermos que trabajan en la mina de Exar, radicada en Cauchari, provincia de Jujuy.
Por eso, dijo Villanueva, los agentes del COE local “pedirán PCR negativo a todos los viajeros y obligarán a aislarse a todo aquel que llegue a Tolar. Será por cinco días como mínimo en el propio pueblo, aunque tengan permisos de circulación y exhiban un análisis de PCR negativo.
Claro, la principal preocupación es el recorrido de la ruta provincial 27, que conecta Tolar Grande con Olacapato, luego de recorrer unos 100 kilómetros y de aquí a San Antonio de los Cobres, distante a otros 60 kilómetros. El tema es la falta natural de controles viales en estos parajes de los cerros y la existencia de innumerables caminos alternativos en toda esa zona de la Puna, que los vaquianos conocen como la palma de su mano.
Sin turismo interno
Villanueva conmento también a El Tribuno que, al igual que San Antonio de los Cobres, no se habilitó el turismo interno en Tolar Grande, por los mismos temores. “Solo hay un intercambio mínimo de mercadería entre comerciantes conocidos del luegar, que van y vienen con lo esencial desde Santa Antonio de los Cobres o Salta”, explicó.
Por su parte, Vicente Arias, vocero de la Municipalidad de San Antonio de los Cobres, explicó que en esta localidad cabecera del departamento Los Andes tampoco se habilitó el turismo interno.
Respecto de los controles para ingresar al pueblo, dijo que en “San Antonio de los Cobres, no entra ni sale nadie que no sea lugareño”.
“Como nos conocemos entre todos es fácil identificar a los extraños”, reiteró.