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Ciberdelitos, la amenaza ya está en casa

Lunes, 28 de septiembre de 2020 02:12

Una de las nuevas formas de comunicación y de relacionarnos en esta era digital también demanda -como en todo ordenamiento social-, mecanismos novedosos que indaguen acerca de eventuales desvíos en la conducta que pudiesen ocurrir durante dicho proceso. Entre estos delitos figuran daños contra la intimidad, pornografía infantil, acoso, extorsiones pero, también, espionaje ilegal sobre las personas con objetivos delictivos.

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Una de las nuevas formas de comunicación y de relacionarnos en esta era digital también demanda -como en todo ordenamiento social-, mecanismos novedosos que indaguen acerca de eventuales desvíos en la conducta que pudiesen ocurrir durante dicho proceso. Entre estos delitos figuran daños contra la intimidad, pornografía infantil, acoso, extorsiones pero, también, espionaje ilegal sobre las personas con objetivos delictivos.

Una de las nuevas formas de comunicarnos y relacionarnos en la era digital nos conecta a través del ciberespacio. A pesar de le brecha digital -que también es una nueva forma de exclusión- la conexión es accesible a cualquier persona a través internet, para quien cuente con computadoras, celulares, redes de comunicación y software.

Es una revolución tecnológica de fuerte impacto cultural. En sí misma, constituye un avance en la comunicación de una forma rápida y efectiva; pero rápidamente, el sistema fue aprovechado por personas o grupos de personas que realizan nuevas clases de delitos: ya se los denomina ciberdelincuentes.

En el planeta, el ciberespionaje ha pasado a figurar entre los temas de política internacional. El caso de WikiLeaks y las denuncias sobre supuestas intervenciones de hackers al servicio de determinados Estados para alterar los procesos electorales de otras potencias muestran el poder de esta tecnología.

A nivel local, el problema es igualmente grave, y se mete en nuestras casas. A la revolución tecnológica debe sumarse, entonces, un sistema que sirva a la Justicia y al Ministerio público para la protección de los ciudadanos. Los ciberdelitos ya se encuentran tipificados: robo de datos personales, de información comercial estratégica, robo de identidad, fraudes informáticos, ataques como cyberbullying, grooming, phishing.

La nueva criminalidad

Los ciberdelitos más frecuentes, conforme a una descripción que realiza la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci) a nivel nacional, son:

* Phishing o vishing: los ciberdelicuentes se hacen pasar por empresas de servicios, oficinas de gobierno o amigos de algún familiar y logran extraer, con malas artes, los datos que les faltan para suplantar la identidad de la víctima. El delito les permite así operar sus cuentas en bancos, perfiles en las plataformas y redes sociales, servicios y aplicaciones web.

* Cyberbullying: es el acoso por mensajería instantánea. El "acoso predatorio" o acecho, en inglés se denomina "stalking" y consiste en una persecución obsesiva contra una persona. El acosador utiliza WhatsApp, Telegram, Messenger y las redes sociales. Además de provocar el miedo, persigue, difama, atenta contra su honor e integridad moral. El instrumento del delincuente es el descubrimiento y revelación de secretos, de la publicación de comentarios o videos ofensivos o discriminatorios, la creación de memes o el etiquetado de sus publicaciones.

* Grooming: Es el delito que se gana en los hogares gracias a las redes a las que tienen acceso los chicos. Los ciberdelincuentes son adultos que, de manera velada, intentan obtener fotografías o videos sexuales de personas menores para posteriores chantajes o previo al abuso sexual.

* Sextorsión: Consiste en pedir dinero a cambio de no difundir en las redes imágenes generadas para un intercambio erótico consentido.

* Ciberodio: son contenidos inapropiados que pueden vulnerar personas. Se considera ciberodio a la violencia, mensajes que incitan al odio, la xenofobia, el racismo y la discriminación o maltrato animal.

* Pornografía infantil: se trata de la corrupción de personas menores y su explotación sexual para producir, comercializar imágenes y videos de actividad sexual explícita.

Por eso, los padres, en general poco familiarizados con los códigos y los recursos que manejan los millennials y los centenials, deben multiplicar su atención.

Para estas nuevas formas de delinquir, que obligan a manejar lenguaje técnico y sistemas, y cuando son novedosos la tipología del delito y el perfil de las víctimas, es necesario habilitar en la provincia de Salta fiscalías especializadas en ciberdelito, donde se tenga en cuenta la perspectiva de género, con peritos informáticos para realizar las investigaciones, preservar las pruebas y resguardar el derecho de las víctimas que cada vez son más jóvenes. El sistema servirá también terminar con la impunidad y orientar a quien resulta víctima de ciberdelitos. ¿Qué hacer hoy? Llamar al teléfono gratuito 137, realizar la denuncia, no borrar ninguna comunicación o imagen o ventana emergente: cuando un cibercriminal se conecta a la internet generará una dirección IP que puede ser rastreable, no borrar el historial de los dispositivos, guardar los chats, los correos electrónicos, cualquier tipo de evidencia digital.

 

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