La situación en los colegios privados que no reciben ninguna subvención estatal en Salta se agravó y, según advirtieron, cada vez les resulta más difícil pagar los sueldos en tiempo y forma. Esto significa que son más los docentes (y resto del personal) que están cobrando sus haberes en partes o un porcentaje de los mismos, también en partes, o en algunos otros casos ya tienen más de un mes (completo) atrasado.
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La situación en los colegios privados que no reciben ninguna subvención estatal en Salta se agravó y, según advirtieron, cada vez les resulta más difícil pagar los sueldos en tiempo y forma. Esto significa que son más los docentes (y resto del personal) que están cobrando sus haberes en partes o un porcentaje de los mismos, también en partes, o en algunos otros casos ya tienen más de un mes (completo) atrasado.
Por la pandemia de coronavirus, desde marzo pasado, las clases presenciales se suspendieron en la provincia y en una semana los chicos van a cumplir seis meses de clases virtuales. La cuarentena de entonces (que fue más rígida en marzo y abril) y la imposibilidad de poder trabajar de mucha gente repercutió en el pago de los aranceles de los colegios, que en promedio tienen un índice de morosidad entre el 50 y 60%.
"La situación es crítica y de total incertidumbre", manifestó nuevamente Ramiro Torres Gálvez, representante de la Asociación de Establecimientos Educativos Privados de Salta (Aeepsa) integrada por 25 colegios de Capital, Tartagal, La Merced y otras localidades.
El sector se había reunido con el ministro de Educación, Matías Cánepa, que había quedado en darles una respuesta que hasta el momento siguen esperando. Se había comprometido a intermediar ante Nación para que todas estas instituciones reciban ATP (asistencia de emergencia estatal) y a coordinar una próxima reunión con el Ministerio de Economía. Según el referente, ninguna de las cosas se cumplieron: solo tres colegios lograron cobrar ATP y las autoridades no se volvieron a comunicar con ellos.
"Seguimos peleándola, hablando con los padres, armando planes de pago, aunque sea para que puedan pagar la mitad de la cuota, la tercera parte de la cuota o lo que tengan para ir mermando la deuda. Hay papás que aparecen a pagar algo, pero se pone cada vez más difícil, y cada vez es más complicado pagar los sueldos", advirtió Torres Gálvez, representante legal del colegio Santo Tomás de Aquino.
Comentó que hay establecimientos, como ellos, que están al día con los sueldos, pero que eso implica que se están endeudando con otras cosas, con préstamos, alquileres, AFIP. Otros están pagando el 60% de lo que corresponde. Algo que también se está dando más y les preocupa son los pedidos de pases a escuelas públicas, en el Santo Tomás hubo tres en el nivel primario solo en agosto.
No cobrarán intereses
Días atrás, el Coprodec (que contiene a los colegios católicos que dependen del Arzobispado de Salta) apeló a las familias que cortaron la cadena de pago para que se pongan al día con las cuotas y resolvieron que a partir de este jueves cobrarán intereses por las cuotas vencidas y que quienes no hayan regularizado sus deudas hasta el 1 de octubre no podrán inscribirse el año que viene.
Consultado al respecto Ramiro Torres Gálvez, si los colegios de Aeepsa también empezarán a cobrar intereses, señaló: "Nosotros hemos decidido respetar el acuerdo que hay con Nación de no hacer esos aumentos por ahora, pero también apelamos a que tengan en cuenta que es un acuerdo que se hizo hace seis meses, cuando la realidad era otra".
En los 25 colegios privados sin subvención estudian más de 10 mil alumnas y alumnos, y trabajan más de 1.500 personas.
Por otra parte, en medio de la incertidumbre que viven de no saber qué sucederá, varias de estas instituciones decidieron abrir las inscripciones 2021 y si bien no se compara con años anteriores, dicen que está comenzando a haber un "poco" de movimiento.
Un reclamo que lleva 10 años
La Asociación de Establecimientos Privados de Salta reclama la distribución equitativa de los aportes desde hace 10 años. El sector se considera en desventaja con respecto a los colegios católicos del Coprodec y los que no son del Coprodec, pero sí reciben algún tipo de ayuda del Estado.
Reclaman que el presupuesto de Educación para subvenciones se distribuya de forma equitativa e igualitaria para todos los colegios de la provincia, teniendo en cuenta la cantidad de alumnos.