Los investigadores del CIF realizaron allanamientos simultáneos este viernes en domicilios de la zona oeste de la ciudad, donde fueron detenidos e imputados Cristian Ariel Ocampo y Pablo Emanuel Tapia Di Salvo ambos de 22 años quienes el pasado 12 de octubre asaltaron e hirieron con un arma blanca a un joven que estaba con su novia en cerro San Bernardo.
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Los investigadores del CIF realizaron allanamientos simultáneos este viernes en domicilios de la zona oeste de la ciudad, donde fueron detenidos e imputados Cristian Ariel Ocampo y Pablo Emanuel Tapia Di Salvo ambos de 22 años quienes el pasado 12 de octubre asaltaron e hirieron con un arma blanca a un joven que estaba con su novia en cerro San Bernardo.
El despliegue de las diligencias realizadas previamente por los mismos investigadores -tales como tareas de campo, análisis de cámaras y otras-, permitió identificar a los sospechosos.
El fiscal penal 4, Facundo Ruiz de los Llanos intervino inicialmente y ante la gravedad de la lesión recibida por el joven, quien corrió riesgo de vida, giró las actuaciones a la Unidad de Graves Atentados. El control de legalidad está a cargo del Juzgado de Garantías 7 y se realizó previo a la imputación.
El hecho
El hecho ocurrió el pasado 12 de octubre en un sector del cerro San Bernardo, en medio de una ola de delitos de gravedad que sacude a los habitantes de la ciudad, casi todos ellos en la vía pública. En esa oportunidad, El Tribuno dialogó con un familiar directo del joven Rodrigo Cazalbón (19), quien relató pormenorizadamente lo acontecido en el lugar, ya que conoce el hecho a través de los padres del joven herido.
Soledad dijo que todo se desencadenó cerca de las 21 horas, cuando Rodrigo Cazalbón y su novia se hallaban sobre la parte alta del sendero del Portezuelo, cerca de una casilla que se ubica en la ladera del cerro. Allí fueron sorprendidos por dos jóvenes, uno de ellos tatuado en sus brazos y su cuello, quien actuaba a cara descubierta. Los dos maleantes le preguntaron qué hacían allí y la jovencita supo inmediatamente que los muchachos tenían intenciones de robo, por lo que les entregó su mochila, antes de que blandieran las armas.
Uno de los jóvenes le robó las zapatillas a Rodrigo y le pidió las llaves de la motocicleta, mientras el segundo tomó la mochila de la adolescente y sacó su celular y otras pertenencias. En ese instante la jovencita comenzó a gritar y sus alaridos se escucharon ladera abajo. Allí fue que el delincuente a cara descubierta la golpeó en el pecho y forcejeó con ella.
La tía relató que uno de los ladrones quiso poner en marcha la moto cuando esta se cayó y, volviendo sobre sus pasos, apuñaló al joven, que estaba descalzo ya y que se había acercado para evitar que le lleven la moto.
Los delincuentes huyeron ladera abajo y la joven cargó con su novio herido por las escaleras, donde fue asistida por un guardiacárcel que había escuchado los pedidos de auxilio. El hombre, al ver que el joven sangraba profusamente en la zona alta abdominal, se sacó la remera y le taponó la herida. El chico fue bajado en una moto hasta la ambulancia, que llegó al lugar solicitada por los caminantes que acudieron a los pedidos de auxilio de la jovencita. Rápidamente, Cazalbón fue llevado al hospital San Bernardo con una herida en la zona abdominal que seccionó una arteria, lastimó el pulmón izquierdo y tocó el músculo cardíaco. En tanto la adolescente sufrió un golpe muy fuerte en el pecho, aparentemente con algún elemento metálico.