El escándalo tras el clásico de Avellaneda del pasado sábado sumó un capítulo más, que también roza el bochorno, al igual que el flojísimo desempeño del árbitro Mauro Vigliano y las posteriores especulaciones sobre cuestiones “políticas” detrás del penal mal cobrado a Racing sobre la hora en aquel partido disputado en el Cilindro.
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El escándalo tras el clásico de Avellaneda del pasado sábado sumó un capítulo más, que también roza el bochorno, al igual que el flojísimo desempeño del árbitro Mauro Vigliano y las posteriores especulaciones sobre cuestiones “políticas” detrás del penal mal cobrado a Racing sobre la hora en aquel partido disputado en el Cilindro.
Ahora, la dirigencia de Independiente elevó un reclamo formal a la AFA y a la Liga Profesional de Fútbol solicitando que se anule el gol de penal de la academia en aquel polémico clásico de Avellaneda debido a que el juez Vigliano posteriormente reconoció su error al sancionarlo, días después.
Ante este reclamo, será el Tribunal de Disciplina el que definirá si da lugar al recurso de la entidad presidida por Hugo Moyano, que realizó la presentación después de que el árbitro del partido admitiera que se había equivocado al sancionar una falta de Sergio Barreto sobre Iván Maggi.
Según se supo, Independiente además aguarda sumar un punto por el empate en el que quedaría el partido, y una sanción para Vigliano que sea superior a un partido sin dirigir (el árbitro no actuará en la décima jornada).
En tanto, trascendió que el reclamo se realizó tomando como antecedentes dos partidos: el que jugaron las selecciones de Sudáfrica y Senegal por la segunda fecha del Grupo D de las Eliminatorias Africanas al Mundial de Rusia 2018, y el partido Uzbekistán-Bahrein, en la ida del repechaje por el quinto puesto de Asia para el Mundial de Alemania 2006.
En estos casos, hubo un penal mal sancionado y la FIFA decidió que los partidos vuelvan a jugarse, pero, por otro lado, se informó que FIFA prohíbe en sus reglamentos modificar el resultado por un error arbitral y el fundamento es que se establecería una inseguridad jurídica y se reproducirían quejas que generarían inestabilidad en todos los torneos.