Tras los dichos del imputado Cajal Gauffín se dio lugar a la ronda de testimoniales; se estima que serán más de 100 los testigos que pasarán por la Sala VII del Tribunal de Juicio. El debate está estipulado que se extienda hasta el viernes 21 del corriente mes.
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Tras los dichos del imputado Cajal Gauffín se dio lugar a la ronda de testimoniales; se estima que serán más de 100 los testigos que pasarán por la Sala VII del Tribunal de Juicio. El debate está estipulado que se extienda hasta el viernes 21 del corriente mes.
El primer testigo fue un empleado municipal quien declaró que en el momento del hecho trabajaba como personal de tránsito en esa localidad y que ese día vio a la víctima dialogar afuera de su casa con un hombre. Luego siguió la niñera que tenía por entonces la víctima, quien relató que se día llegó a las 8.30 a la casa de Jimena, "nos vemos al mediodía, yo llevo llave", contó que dijo la malograda mujer. A la víctima la definió como una "mujer muy buena, amable y amorosa con sus hijas".
Cree que se retiro de la casa de Vaqueros a las 11.30, en tanto que el oficial de Homicidios que también declaró ayer dejó entrever que el crimen se habría producido entre las 12.20 y las 12.40 del 27 de enero de hace más de cuatro años. El oficial Añazgo expuso en una pantalla distintos gráficos donde estuvo el imputado Vargas y un segundo hombre, quien según el declarante tenía un perro que supuestamente se había perdido. "Se observó que tanto Vargas como el señor que llevaba un perro realizaban movimientos casi sincronizados", sostuvo.
El tribunal está conformado por los jueces Francisco Mascarello, Federico Diez y Javier Armiñana Dohorman (interino). Los fiscales penales: Ana Inés Salinas, Gustavo Torres Rubelt y Ramiro Ramos Ossorio. Marcelo Arancibia y Luciano Romano defienden a Vargas y Marcos Rubinich como querellante y a actoría civil. Pedro Arancibia es defensor de Cajal.
Se refirió a la presencia del imputado Vargas en el barrio durante el día del hecho, lo cual se obtiene del testimonio de una vecina y de una imagen que lo capta en un cámping ubicado en las proximidades de la casa de la víctima. Si bien no quedó claro quién de su personal a cargo señaló a Vargas como sospechoso, apuntó que llegaron a él tras declaraciones de vecinos testigos en la causa.
Sobre Cajal, el oficial dijo que le llamó la atención lo enfático que fue cuando lo entrevistó tras conocerse el crimen, énfasis que puso en cuanto a la teoría del "robo frustrado". También agregó que le llamó la atención que el viudo estaba bien vestido, casi impecable, cuando la escena del crimen era un auténtico horror, con sangre por todas partes.