Los empresarios turísticos de Cachi reclaman que políticas sanitarias que se toman den previsibilidad a una actividad que necesita de muchas precisiones, sobre todo después de un año en el que estuvieron casi nueve meses sin poder trabajar por las severas restricciones que se impusieron el año pasado.
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Los empresarios turísticos de Cachi reclaman que políticas sanitarias que se toman den previsibilidad a una actividad que necesita de muchas precisiones, sobre todo después de un año en el que estuvieron casi nueve meses sin poder trabajar por las severas restricciones que se impusieron el año pasado.
Necesita ser previsible para que el turismo recupere de forma gradual su dinámica y sobre todo para que se pueda adaptar a los nuevos protocolos y desafíos que propone la pandemia por el coronavirus.
Carlos Urtasún, dueño del hotel Miraluna, afirmó que la situación está complicada no solo por la parte económica, sino por la incertidumbre en la que están metidos los empresarios. “Yo apunto al respeto que merecemos los empresarios, porque no se puede trabajar sin tener, mínimamente, información. Eso es lo que más me preocupa, porque es como que nos dejan de lado y uno no sabe qué hacer. Las noticias no son claras y nadie sabe como actuar. La gente llama, pregunta, quiere viajar, viene y después no puede entrar”, explicó.
Urtasún afirma que los empresarios no tienen información fehaciente ni por parte del municipio ni de la Provincia. “Todavía no sabemos qué va a pasar hoy. No sé si no tienen dimensión de lo que pasa. No se puede trabajar hasta las 15.30, entonces la gente que viene tiene que estar encerrada en el hotel porque tienen que estar confinados y no pueden salir”, comentó.
Urtasún remarcó todo lo que costó posicionar a un destino como Cachi, que antes no lo conocía nadie pero que ahora es uno de los más visitados. “Esto costó años y ahora lo rompen. La gente no quiere tener conflictos y nosotros necesitamos certeza para poder trabajar”, agregó.
Claudio Otaegui, es dueño del restaurante hostal de Viracocha, el mes que viene cumple diez años y asegura que no sabe si va a estar abierto. “No sé si lo vamos a poder sostener, es una locura. La verdad que hay una incertidumbre y una falta de respuesta por parte de la política que es increíble, porque todos se deslindan de la responsabilidad y en el medio de ese embrollo está el sector privado, que no tiene una falta de respuesta que no sabe con qué regla esta jugando”, comentó.
Otro problema que se suma a todos los empresarios es el nivel de endeudameinto que tienen. “Hasta mayo de este año estuvimos pagando deudas del año pasado, y este año volvimos a lo mismo, a generar más deudas y más restricciones. Lo que esta sucediendo en Cachi es muy difícil de entender. Es el segundo destino más importante y no hay acompañamiento de la clase política”, argumentó.
Diego Patrón Costas, dueño de La Merced del Alto, afirmó que lo más agotador de toda esta situación que están atravesando es la incertidumbre, ya que no se puede programar nada porque no se sabe qué es lo que va a pasar.
“Esto termina generando muchos problemas internos en los empresarios, además que las reservas se van cayendo porque la gente no se termina convenciendo ya que no sabe qué es lo va pasar, si va a estar abierto o cerrado. Toda la incertidumbre genera un gran trastorno. Los funcionarios dijeron que el turismo no genera contagios o que hay un nivel de que por culpa del turismo hubo un alza en los contagios, para nada. Siempre se habla de las reuniones sociales pero no del movimiento turístico”, remarcó Diego Patrón.
El empresario afirmó que si en las vacaciones se cierra Cachi para el turismo es muy posible que sean varias las empresas que van a cerrar.
“Estamos con mucha esperanza de que estas vacaciones vamos a poder trabajar aunque sea con una ocupación medianamente normal. Desde que apareció todo esto estamos trabajando con protocolos y capacitaciones, y a los visitantes les contamos cómo es la situación y no hemos teniendo ningún tipo de problema. Hay que seguir trabajando con esa conciencia”, finalizó.