Con los pies ampollados después de un enorme esfuerzo tras peregrinar tres días por la geografía puneña, un grupo de medio centenar de fieles arribaron ayer a la Catedral los Peregrinos a Pie, un grupo de alrededor de medio centenar de fieles que partieron el sábado el mediodía desde La Encrucijada.
Fueron más de 100 kilómetros de caminata por entre las cuestas, orando, cantando, alabando. “Personalmente apromesé a un sobrinito nieto de apenas un mes de vida, que estaba internado desde hace dos semanas con respirador artificial", contó Javier "Pirilo" López. Luego agregó; "Increíblemente, cuando entramos a la capital salteña recibí un llamado informándome que le habían dado el alta”.
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Con los pies ampollados después de un enorme esfuerzo tras peregrinar tres días por la geografía puneña, un grupo de medio centenar de fieles arribaron ayer a la Catedral los Peregrinos a Pie, un grupo de alrededor de medio centenar de fieles que partieron el sábado el mediodía desde La Encrucijada.
Fueron más de 100 kilómetros de caminata por entre las cuestas, orando, cantando, alabando. “Personalmente apromesé a un sobrinito nieto de apenas un mes de vida, que estaba internado desde hace dos semanas con respirador artificial", contó Javier "Pirilo" López. Luego agregó; "Increíblemente, cuando entramos a la capital salteña recibí un llamado informándome que le habían dado el alta”.
Más allá de los pedidos particulares, todos tuvieron una intensión común: protección contra el coronavirus. “Hubo muchos jóvenes que pidieron por la salud de sus abuelos, de sus padres, hasta gente que padeció Covid 19 caminó dando gracias a Dios por haberse recuperado. Fue muy emocionante. Marchamos cargando la Cruz Procesional, la imagen del Divino Niño Jesús y réplicas del Señor y la Virgen del Milagro”, contó López.
El tiempo fue bueno, recordaron, salvo las fuertes ráfagas que les pegaron de lleno en algunos sectores de la ruta 51. Al llegar a San Luis, los alcanzó ayer una leve llovizna, recordaron los Peregrinos de Pie.